Voy hacer una breve descripción
del libro mencionado de Darrell
Bristow – Bovey confieso que lo
que más me llamo la atención fue
el subtítulo del libro; “El manual de
autoayuda para los que no quieren
ayudarse”.
Las librerías lucen inundadas de
libros de autoayuda y de superación
personal, este material te obliga
hacer las cosas por ti mismo, tienes
que leerlos y acordarte de cada uno
de los pasos que ellos te proponen,
hasta ponerlos en práctica pero
este libro promete como mejorar sin
tener que mover un dedo. Es más
no siquiera es necesario leer el libro,
(ya lo hice por ti) bastaría con solo
tenerlo en tu librero o a la vista.
El libro ha resumido las lecciones
de cientos de manuales de
autoayuda, lo más importante de
leer este artículo es que aprenderás algunos de los trucos
que encierra la cultura de la superación personal o de
los manuales de autoayuda para que además de que se
llevaron tu queso no se vayan a llevar también tu cerebro.
Yo me he llevado tu queso, no es otro manual de
autoayuda, ya que muchos de estos manuales acaban
con la autoestima de cualquiera o del más avispado en
las artes de la superación personal, son como las dietas
o la suscripción a un gimnasio fingen que pretenden
ayudarnos pero al final se ríen de nosotros.
Nos llenan de
esperanzas y promesas, pero al final nos dejan deprimidos
y con los nervios hechos polvo por los pobres resultados.
Los manuales de autoayuda no funcionan por una
razón muy sencilla: porque esperan que el lector haga
todo el esfuerzo, por mucho que prometan que es fácil,
que no cuesta mucho, todos los manuales de autoayuda
parten de la base de que el lector se esforzara.
Los autores de los manuales siempre olvidan que
si fuéramos capaces (o tuviéramos las más mínimas
ganas) de hacer esas cosas que nos aconsejan, no
necesitaríamos comprarnos esos libritos.
Todos los autores nos venden la idea de que les estamos
comprando sus secretos en esos libros maravillosos
que ellos mismos escribieron y ahora proponen como
una solución mágica, pero en muchas
ocasiones leyendo sus libros no logramos
captar lo que prometían así que en la
práctica todo sigue siendo igual.
A la mayoría de las personas no nos
apetece esforzarnos por convertirnos
en mejores personas, cuando tenemos
un problema y nos damos cuenta,
generalmente ya es tarde para remediarlo
y por lo tanto hay que volver a empezar.
Hay un grupo considerable de
personas que no quieren hacer ningún tipo
de sacrificio, para conseguir una barriga
más plana o un espíritu más satisfecho.
Este tipo de personas solo quieren que
se les deje en paz, comer bien, vivir bien
y hacer el amor con gente guapa, aunque
tengan que pagar por ello.
Su intención es llevar tranquilamente
la evolución natural de la especie. Este
manual fue creado para gente que no
quiere esforzarse, todo el libro se resume
en la siguiente mantra: “todo se puede fingir”.
Los súper ocupados no tienen ni la más remota idea
de lo que cuesta no hacer nada.
Hoy en día existe más presión que nunca para mejorar:
para parecer más guapos, meditar más, beber menos y
elevarnos a la altura de los ángeles.
No tienes por qué ganar un maratón, ni encontrar a
Moby Dick, la verdad es que no es preciso que consigas
nada en la vida: sólo tienes que saber fingirlo.
Tomemos al amor, como sensación de calorcito, todo
el mundo busca amor, o como mínimo algo que lo alivie,
esa comezón, tal como dice la canción el amor es una
cosa maravillosa, el amor es bueno todos hablan bien de
él, especialmente Shakesperare.
Sea como fuere el amor puede ser muy beneficioso,
ya que él nos mueve a rechazar esa última copa antes
de conducir, y además según los expertos, el sentimiento
amoroso ayuda a reducir el nivel de colesterol.
No se puede negar que el amor también tiene efectos
perjudiciales, puesto que ha inspirado muchas canciones
de banda, (donde cualquiera canta) y de una gran cantidad
de artistas del gremio grupo que se dicen cantantes, que
van por todos lados torturando a los oyentes y salpicando
su dolor de sus amores no correspondidos, también es
responsable de los abogados especializados en
divorcios, de las tartas de seis pisos y del día de San
Valentín, pero no nos detengamos en lo negativo del
asunto, total el “Piojo veloz” vivirá en el corazón de todas
aquellas personas que le encuentran algún deleite a la
banda.
Lo más difícil del amor es encontrar a alguien que te
deje darle un revolcón y susurrarle tonterías al oído.
Este ha sido el problema de los seres humanos
durante siglos, para las mujeres siempre ha sido difícil, ya
que a lo largo de la historia han tenido que gritar socorro
en torreones medievales, pasar miedo en cuevas de
dragones o desnudarse en tugurios de mala muerte a la
espera de que las rescatara un príncipe azul, un caballero
andante o un acaudalado ejecutivo japonés.
Sin embargo, también resulta complicado para los
hombres, sobre todo para los que como yo, no somos
caballeros andantes ni acaudalados ejecutivos japoneses
y mucho menos un príncipe azul.
En lo que respecta a buscar pareja, las recomendaciones
han sido muchas y muy variadas a lo largo de la historia.
La lista de los requisitos para que el hombre pueda
conquistar a una mujer se ha incrementado con el paso
de los años, desde un simple traje medieval de caballero
andante hasta un Ferrari en nuestros días.
Y eso se debe a que las mujeres se han vuelto
más exigentes, ya que si observan un poco los tipos
impresentables y repugnantes que se ven en los brazos
de las chicas despampanantes, esas mujeres apenas les
piden nada a esos hombres que seleccionan de manera
inexplicable.
La relación entre mujeres y hombres es muy confusa,
por lo tanto escucha mis palabras: en vez de intentar
mejorar, cosecha los beneficios de dejar que los demás lo
hagan. Cultiva una mirada cómplice, la sonrisa misteriosa
y el ceño fruncido de forma repentina, como si recordaras
palabras oídas hace mucho tiempo de boca de alguien
distinto. Conseguir una pareja no es tan difícil como
conservarla.
Debes tener cuidado cada temporada aparecen
nuevos métodos y manuales, en este momento está de
moda (Mentalidad de Tiburón), que te ofrecen soluciones
mágicas como el feng – shui, lo curioso es ¿Quién dice
que los orientales sean expertos en conseguir el éxito a
través de la decoración?
Llamo “la moda del perdedor” a la reciente obsesión
de admirar a los perdedores de la historia.
Hoy en día
la gente ensalza cualquier mezcolanza de creencias,
siempre y cuando provengan de los Incas, o de los
Estruscos, o cualquier cultura que haya desaparecido de
la faz de la tierra sin apenas dejar rastro. No lo entiendo.
Sea cual fuere el encanto misterioso de estos pueblos,
la verdad pura y dura es que perdieron la partida. No cabe
duda, en la gran partida de la historia sacaron la carta
más baja.
A ver, díganme, aparte de la cocaína y el sacrificio
humano ¿Qué nos pueden enseñar los Incas? ¿a ser
conquistados por una cuadrilla de españoles barbudos?
Si esas civilizaciones eran tan avanzadas, ¿Por qué
demonios se extinguieron? Construir pirámides en las
selvas está muy bien, pero les habría ido mejor si hubieran
descubierto la rueda, ¿o no?
(Soy consciente de que la historia da muchas vueltas y
que un día cambiará nuestra suerte.
Quién sabe, quizá la
cultura occidental quedará eclipsada por el renacimiento
de las comunidades de Burundi o Papúa Nueva Guinea.
Me parece bien, pero al menos yo no espero que la eufórica
población papú se ponga a escribir libros nostálgicos
recordando que, a principios del siglo XXI, los pueblos
occidentales inventaron los reality shows y
adoraron a la diosa Christina Aguilera).
Actualmente los perdedores du jour son
los mayas. Uno no puede ni tomarse un
cortado en el café-librería más próximo sin
toparse con gente hojeando el último libro
sobre la sabiduría de los antiguos y nobles
mayas. ¡Oohh, pero qué listos eran y qué vida
tan comunitaria llevaban!
Qué edificios tan
maravillosos construyeron y qué bien se les
daba medir el tiempo. ¿Sabíais que fabricaron
relojes de sol y descifraron los movimientos de
las estrellas? Pues claro que descifraron los
movimientos de las estrellas. ¿Qué más podía
hacer un pobre maya por la noche? ¿Ver la
tele? ¿Leer un libro?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario