Por Alfonso Gutiérrez
“ Hoy no ha sido mi día –dijo Pancho- ando con un estrés
endiablado, todo me ha salido mal, no conseguí clientes,
nadie me ha pagado, estoy embroncado con mi familia por
cosas que la verdad no valen la pena y para colmo mi carro
se desvieló” “Oye deveras que la traes de malas, hazte una
limpia -dijo Fernando- Pero yo creo que tienes que ver las
cosas de otro modo” ¿Cual modo? –replicó Pancho- Ves lo
que me sucede y todavia piensas que hay otra manera de
verlas.. Creo que no me estas entendiendo –dijo el amigo-
Me da la impresión que te sientes derrotado desde antes, Te
has puesto a analizar porque te sucede todo esto. Creo que
deberías relajarte un poco- “Lo voy a intentar -dijo Panchopero
por lo pronto tengo que ver lo de mi carro, me interesa
mucho que platiquemos, ahora si que como me duele el
estrés.
Pancho sentía un dolor en el pecho, a ratos pensaba
que podia desvanecerse, empezó a respirar profundamente
sentada en la banca de un jardín camino al taller, se quedó
reflexionado lo que le había dicho su amigo, la verdad no
hallaba por donde empezar, pero sabía que si no hacía algo,
su trabajo y su famlia se iban a convertir en una verdadera
pesadilla para el.
En esos pensamiento estaba cuando por un momento
se quedó quieto observando los transeuntes uno por uno de
los que iban pasando frente a el, todos con la cabeza baja,
medios tristes, preocupados, ninguno manifestaba la más
mínima alegría, si acasa salían unas cuantas palabras para
quejarse de algo.
Pancho se quedo sorprendido de esas expresiones, y
aún más cuando se decía a si mismo, “Creo que yo soy uno
de ellos, que no mira el mundo con rostro amable lo hago
como si viviera en prisión y con cadenas . Se cuestionaba
¿que pasaba, que tan mal estaba el mundo como para vivir
de esa manera, por otro lado era conciente que todos como
el querían seguir viviendo. ¿Que habría que hacer para salir
de esos pensamientos, de esas emociones negativas?
-dialogaba consigo mismo-.
Llegó al taller y observaba como los mecánicos andaban
de un lado para otro “Hey pásame las pinzas” “Apúrate que
ya viene el cliente” “Trae la refacción que hace falta” “ Mueve
el carro que esta estorbando” “Cobra esa nota” “Hazlo rápido
que el cliente está desesperado” .
Todo mundo en su trabajo pero a la vez desconcentrados
y estresados por querer hacer todo al mismo tiempo. “Ya me
imagino como han de terminar bien tronados”. “Me imagino
lo que esta pensando -dijo el dueño del taller- así es este
trabajo que le vamos hacer, los muchacho son buenos.
aunque se gritan mucho y se echan malo con frecuencia”
¿Como supo que estoy pensando en eso? –dijo Pancho- “No
es difícil, la mayoría de los que nos traen carros a reparar
es porque traen mucho estrés y cometen errores cuando
manejan o por la misma vida del carro” -dijo el dueño- “Es
usted adivino y muy sabio, la verdad le atinó”
Fernando estaba muy preocupado por el amigo, porque
sabía que una persona estresada llega a cometer tarugadas,
le habló por teléfono “Oye Pancho a que horas te veo” “ Te
agradezco pero no hace falta, se que te inquieté con mis
comentarios. Hoy el día lo he tenido lleno de sorpresas y
he llegado a una conclusión, uno mismo es responsable
de su dolor, como digo yo, “como me duele el estrés” pero
hoy aprendí que yo lo provoco. Sabes tengo que cambiar
mi actitud, ser más positivo y concentrarme más. En todos
los caso que analizé y reflexióné este día me doy cuenta
que las personas no pueden ser felices mientres ellos mismo
no cambien, se que lo mismo le daría a la persona de la
calle caminar alegre y en paz, que ir como robot, lo mismo
costaría estar mas concentrado y ser amables en el trabajo
que gritarse. Lo primero que voy hacer llegando a mi casa
es cambiar mi actitud con mi familia y lo mismo haré en mi
trabajo.
Fernado quedo sorprendido con aquella respuestas, pero
se quedó muy contento que Pancho pudiera comprender que
el estrés viene no tanto de fuera, sino de adentro, de como
uno vive e interpreta su mundo exterior ahí esta la fuente del
dolor o el alivio.
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