
Que estamos hechos de recuerdos y olvidos; deseos,
memorias, residuos, ruidos, Susurros, silencios, días y
noches, pequeñas historias y sutiles detalles.
Tuve que aceptar que todo es pasajero y transitorio. Y tuve que aceptar, que vine al Mundo para hacer algo
por JESÚS. Para tratar de dar lo mejor de mí para
dejar rastros Positivos de mis pasos antes de partir al
encuentro de mí Padre DIOS.
Yo tuve que aceptar que mis padres, no durarían
siempre, y que mis hijas poco a poco escogerían su
camino y seguirían ese camino sin mí. Y tuve que
aceptar
Que ellas no eran mías, que mi Padre Dios me los
confió, para cuidarlas, amarlas y educarlas en la Fe.
Como suponía, y que la libertad de ir y venir es también
un Designio suyo.
Yo tuve que aceptar que todos mis
bienes me fueron confiados en préstamo, que No me
pertenecían y que eran tan fugaces como fugaz era mi
Propia existencia en la tierra y tuve que aceptar que los
bienes quedarían para uso de otras personas cuando
yo, ya no esté por aquí.
Yo tuve que aceptar que barrer
mi acera todos los días, no me daba
garantía de que era propiedad mía y
que barrerla con tanta constancia sólo
era una sutil ilusión de poseerla.
Yo tuve que aceptar que lo que
llamaba “mi casa” era sólo un techo
temporal, qué mí casa está siendo
construida con mis actos, en el Cielo.
Que un día más, un día menos sería
el abrigo terrenal de otra Familia.
y tuve que aceptar que mi apego a
las cosas, sólo haría más penosa mi
despedida y mi partida.
Yo tuve que aceptar que los
animales que quiero y los árboles que
planté, mis flores y mis aves eran
mortales, ellos no me pertenecían
fue difícil pero tuve que aceptarlo,
Yo tuve que aceptar mis fragilidades,
mis limitaciones y mi condición de ser mortal, de ser
efímero, es pasajero, qué la Eternidad me espera.
Yo tuve que aceptar que la Vida continuaría sin Mí y
que al cabo de un tiempo me olvidarían. Humildemente
confieso que tuve que librar muchas batallas para
aceptarlo. y tuve que aceptar que No sé Nada del
Tiempo, que es un misterio para Mí, que no comprendo
La Eternidad y que nada sabemos sobre Ella, pero a
los ojos de la Fe, Confianza y Esperanza, llenan mí
Alma de Paz y AMOR.
¡Tantas palabras escritas tanta necesidad de
explicar, entender y comprender este Mundo y la
Vida que en JESÚS Vivimos y viviremos, Pero me
rendí y acepté lo que tenía que confiar. y así dejé de
sufrir. Deseché mi orgullo y mi prepotencia y admití
que La Muerte trata a Todos de la misma manera,
sin favoritismos. Yo tuve que desarmarme y abrir mis
brazos y corazón al Amor de Dios, para reconocer la
Vida como suya. Reconocer que todo es transitorio y
que funciona mientras estemos aquí en la Tierra para
Servir y Compartir. ¡Eso me hizo Reflexionar Y Aceptar,
y así alcanzar la Paz tan soñada!
Atte. Tú hermano en Cristo.
Dr. Miguel Ángel Cortés Martínez.
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