De la meseta del cerro donde Ayahuallican residía, un día
Fray Miguel de Bolonia al lugar que hoy ocupas te bajó; bautizo
prehispánico tuviste para pasar a ser villa. Una hermosa
perífrasis presumes, LA CIUDAD DE CANTERA y estos lujos,
no cualquiera.
Lugar dentro del REDONDEL* significa tu nombre viejo;
huele tu historia Tecuexe.
La perseverancia, el tesón y lo aguerrido son tecuexes
virtudes, de tus ancestros herencia y ahora, hacen presencia
en cualquier yahualicense
Los destellos de tu historia muestran la conquista por Nuño
Beltrán de Guzmán para el año 30 del siglo XVI y después
fuiste encomienda desde propiedad de Juan Michel y hasta
Francisco Olivares.
La colonial cofradía, institución bienhechora y
promotora de
la Fe, funda tu hospital de la LIMPIA CONCEPCIÓN.
Tu evangelizador, Yahualica, Fr. Miguel de Bolonia el italiano
insigne el más yahualicense; tras tu primitivo templo de zacate
tuviste tras 175 años, un bastión hecho por él dedicado por
entero a tu patrón San Miguel.
Tienes en el SEÑOR del Encino a Jesucristo crucificado,
una escultura moderna del siglo XVIII basada en el hallazgo
fortuito, según la tradición, por tu hijo Darío Moya allá por el
1747; de aquel legendario Ocotes.
Patética figura de Cristo muerto; noble y solemne que en
efusivo abrazo, desea fundirse, lo expresa su fuerte ceño, en el
corazón creyente de lo que es el “Mundo Alteño.”
“Su blancura mortecina compendia la tradición vital de
muchas generaciones”, como lo describió Agustín Yáñez.
Impresionante imagen de Barroco estilo con tintes de
realismo, expuesto en su natural pelo y sus ojos de cristal,
que hacen de tu Fe, un sentimiento universal. Su espectacular
resplandor de 40 ráfagas doradas abarcar a su grey creyente
parece, que a sus casi tres siglos le es fiel y cristiano ferviente.
Sr. Del Encino, Yahualica, ésta es tu gente; feligresía
bendecida que se santigua de frente con el ACRONIMO de
plata envejecida.
Policromía dorada que en gracia tiene la tierra de Higinio
Ruvalcaba, González Gallo, y ascendientes de Yáñez y del
Bello canto a los José Limón y Alberto Esparza.
Orgullo picante que brota del campo, de tu tierra fértil; de
rojo escarlata es muy mexicano, te da identidad.
Allende las fronteras se habla de él; en la elegancia de la
Francia ya tuvo constancia, viñas y olivares darían ya por él.
De tu noble escudo, Yahualica, emerge el perfil de
tu sociedad; “UN PUEBLO UNIDO, POR SIEMPRE ES
SOBERANO”, y se advierte en las huellas de la mano, en la
mirada directa de tu gente; en tu sólida y colonial arquitectura,
para retratar en tu rosa cantera, la exquisita belleza de tus
mujeres, la noble hidalguía de tus varones y el impactante
garbo que derramas, Ayahuallican de ayer, Yahualica de ahora.
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