Sin duda Porfirio Díaz es un personaje
controvertido, no sólo ha nivel político,
también en su vida personal. Su mandato
es visto por algunos como una dictadura,
mientras que para otros es reivindicado
como un héroe modernizador del país. Sin
embargo, sus casi 33 años en el poder no
los pasó solo, ya que durante dicho periodo
presentó a dos primeras damas. Te contamos
la vida de la primera de ellas.
Delfina Ortega Díaz
Delfina Ortega Díaz fue la sobrina y
también esposa de Porfirio Díaz. Su primer
matrimonio estuvo marcado por la polémica
debido a que fue una relación incestuosa.
Delfina nació en Oaxaca en 1845, fruto de
una relación extramarital de su madre Victoria
Díaz y el médico Manuel Ortega; uno de los
científicos más importantes de Oaxaca. A su
vez, su madre era hermana de Porfirio Díaz.
Delfina Ortega Díaz de Díaz, sobrina y esposa de Porfirio
Díaz.
Debido a que Manuel Ortega se encontraba comprometido
al momento de la concepción de Delfina, decidió no
reconocerla. Por su parte, Victoria Díaz optó por abandonarla
frente a la casa de Tomás Ojeda, quien sería su padrino. Como
consecuencia, Delfina fue bautizada como “hija de padres
incógnitos” en la catedral de Oaxaca. Aún así, Delfina se crió
junto a su madre en el «Solar del Toronjo», donde ayudaba a
su abuela Petrona Díaz en las labores domésticas; además
fueron las mujeres de su casa quienes alfabetizaron a Defina
y le enseñaron el oficio de la costura. Cuando “Fina” quedó
huérfana de madre a los 11 años, su tía Nicolasa Díaz se hizo
cargo de ella.
Doña Petrona Díaz, madre de Porfirio Díaz y abuela de
Delfina Ortega.
Porfirio Díaz conoció a Delfina desde recién nacida, sin
embargo, debido a sus labores militares se reunían con poca
frecuencia. Cuando Porfirio se encontraba lejos, le enviaba
cartas a Delfina, especialmente durante el triunfo en eventos
bélicos como la batalla del 5 de mayo de 1862.
Finalmente, Porfirio Díaz se enamoró de su sobrina y le
pidió matrimonio el 18 de marzo de 1857. De inmediato Delfina
aceptó casarse con su tío 15 años mayor. Para poder realizar
el casamiento civil, Porfirio Díaz tuvo que pagar una multa por
dispensa de sangre, mientras que el matrimonio religioso no
se realizó. Además, Porfirio Díaz exigió al padre de Delfina
que la reconociera a cambio de una senaduría.
Amada Díaz, hija predilecta de Porfirio Díaz.
El matrimonio de los Díaz, que duró trece años, tuvo como
fruto ocho hijos, de los cuales sólo dos llegaron a la edad
adulta. Además, el matrimonio también crió a Amada Díaz,
hija premarital del Don Porfirio. Como primera dama, Fina fue
una mujer modesta y conocedora de los problemas políticos.
Durante su último parto, Delfina sufrió complicaciones.
Tras el alumbramiento la recién nacida falleció por anemia
congénita. Debido al grave estado de salud de Fina, Porfirio
Díaz decidió consumar su casamiento por el rito católico,
lo cual le costó retractarse de la Constitución de 1857. Tras
agonizar toda una noche, Delfina Ortega falleció la mañana
del jueves, 08 de abril de 1880.
“Porfirito”, hijo de Porfirio Díaz y Delfina Ortega.
Casi año y medio después de la muerte de Delfina, Porfirio
Díaz contrajo matrimonio nuevamente con Carmen Romero
Rubio de 17 años. En esta segunda etapa, “Carmelita” fungió
como modeladora e institutriz del mandatario mexicano,
además de desempeñarse como madre de los hijos del
primer matrimonio. Durante sus casi tres décadas como
primera dama, Carmen participó activamente en labores de
beneficencia y en la vida pública de México.
Carmen Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz
Acompañó a su esposo durante su exilio, durante el cual
vivieron en Europa y Egipto. Tras la muerte de Porfirio Díaz,
Carmen radicó durante un tiempo en Francia. En 1934 Carmen
regresó a México, donde habitó una casa de la colonia Roma
hasta su muerte en 1944. El segundo matrimonio de Don
Porfirio no tuvo descendencia.
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