Por: Miguel Ángel Quintana Salazar
Después de tantos días de encierro ¿Qué
aprendimos? Tal vez lo frágil que somos ante
la amenaza de un virus, el miedo social a la
muerte, constatar que se vive sin valores
y virtudes, la poca atención a una sana
alimentación, a las creencias de que nada
puede suceder, que tenemos muchos años
por delante, y la realidad es que no es así, ni
el trabajo, ni los ahorros, ni los seres queridos
estarán ahí, son efímeros hoy están mañana
quien sabe.
Los noticieros hicieron un drama de la
situación, atemorizando a la sociedad más
que informar, ante los ojos de muchos, ellos
si estaban trabajando y cobrando un salario
seguro, que entre los miles de la audiencia,
ya habían perdido, no mostraban angustia en que esto se
prolongara, con tanta noticia fatalista sin importar el canal o el
horario según las cadenas televisivas, tal parecía que todos
tenían el mismo guion de lo que iban a decir durante el día,
desespera a cualquiera, es decir, frente al televisor al instante
preferías ver una película en lugar de estar enterado.
Los que gozamos de una pareja nos preguntamos en
silencio, ya la tienes está a tu lado, porque no la amas y le
dices cosas bonitas como cuando estaba lejos; las respuestas
son: porque se va a enfadar, si la trato con mucha ternura y
la beso me retirará de su lado en un par de horas, si quiero
hacerle el amor todo el día pensará que soy un depravado, y
si no la busco creerá que estoy saliendo con otra.
Terrible situación la que viven los amantes en esta
pandemia, no solo no pueden verse, no hay pretextos para
salir porque todo está cerrado, hasta esos centros de ayuda
humanitaria para des estresarse en su encuentro ilícito,
y aunado a esto para generar mayor tensión trabajas en
casa. No quisiera estar en sus zapatos, cuantas relaciones
extramaritales y/o matrimonios llegaron a su fin por la ausencia
de compromiso en su doble vida, poca atención, pero esta
historia la trataremos en otro artículo.
Cuántos hijos estarán pidiendo al cielo que los papás
regresen a trabajar, que se abran las puertas de su casa para
retornar la soledad habitual que en estos momentos tanta
falta les hace, por que vives con ellos pero no los conoces,
no sabes sus gustos y el pretexto es la barrera generacional.
El mal humor de los viejos, las pláticas sin sentido, las
órdenes constantes de arreglar su cuarto, de servirse solos,
de cooperar con los quehaceres de la casa, bañar al perro,
sacarlo a pasear, ayudar a los hermanitos a hacer sus tareas,
mientras los papás perfeccionan el home working, y para
empeorar la situación escuchar los mismos malos chistes
o ver “La Rosa de Guadalupe” y aumentar “más tragedias”
para terminar con un terrible día. Las dos primeras semanas
que felicidad ¡vacaciones!, pero al no salir de casa de manera
obligatoria las ideas se fueron acabando, dio la sensación de
temor por el futuro.
Y lo que ya sabíamos todos, la escalofriante brecha
de desigualdad que existe en nuestro país, entre los que
más tienen y los que carecen de todo, el sufrimiento y la
preocupación no es vista de la misma manera, algunos
podrán sortear el vendaval sin despeinarse y otros no sabrán
cómo sobrevivir.
Los problemas sociales de esta pandemia, también fueron
aprendizajes, aumentó la violencia intrafamiliar, los intentos
de suicidio, hubo un incremento en el consumo de drogas,
obesidad, las personas fuman, comen y beben más ante
cualquier pretexto (aunque esto siempre ha sido así) sólo que
ahora lo justifican por el estrés que causa el encierro.
Lo más lamentable de esta época de escasos valores y
nulas virtudes, aumentó la delincuencia, robos, asesinatos,
choques (a pesar de haber menos vehículos), además los
comerciantes exageraron los precios a pesar de los nulos
subsidios económicos y despidos injustificados, al encarecer
la canasta básica, fue criminal, arroz, frijol, huevo, etc.
“subieron de precio” ¿y las autoridades?, ellos inmersos
en dar cubre bocas y repartir gel, ¿acaso sirven para algo
más? Los camiones urbanos se unieron al alza en las
tarifas, utilizando los mismos camiones viejos, con choferes
nefastos, prepotentes y groseros. La pregunta obligada ¿y la
capacitación prometida?, ¡Ah!, pero hubo un acontecimiento
que no dolió, elevaron el costo de la cerveza, ese si es un
golpe bajo a la conciencia de la humanidad.
¿No les parece curioso que las personas si tengan dinero
para comprar cerveza y no para los alimentos básicos?
La otra cara de la moneda, empresarios que se ganaron
el respeto, ya que se organizaron para regalar cubre bocas,
gel, guantes, mascarillas, despensas, comidas y sostuvieron
los sueldos de sus empleados. Personas altruistas que desde
diversas trincheras ayudan como pueden y con lo que tienen,
creando proyectos que se aplauden.
Si queremos una generación fuerte que pueda sobrevivir,
debemos empezar por romper esquemas, paradigmas
y alejarnos de viejas creencias aceptando nuevos retos
reforzando valores, lo que habla bien de nuestra época es
que trabajamos con el compromiso ante los embates de la
naturaleza, ya sean terremotos, explosiones o desastres, sin
embargo algo se salió de control y nos preocupa ¿No estaremos
cometiendo el error de negar la comunicación evitando
preparar a los “milenias” y se formen con la capacidad de
enfrentar momentos críticos?, continuamos prefiriendo sufrir
carencias para “que nuestros hijos no padezcan lo mismo”, en
el pecado llevamos la penitencia, demasiada sobreprotección
los inutiliza, que creen merecerlo todo, claro sin hacer méritos,
pero si son capaces de ofenderse y entonces brotan algunos
cuestionamientos ¿Por qué no les dedicamos 5 minutos para
explicarles la tarea?, ¿Seremos capaces de aprovechar el
confinamiento para dar calidad?
Algunas madres se han visto obligadas a la educación
de los menores, están estresadas por la escasa visión,
preparación y paciencia al no saber cómo explicarles lo que
dejan los maestros y el resultado es quejarse. Los hombres
al mantener la imagen de ser los proveedores se liberan en
gran medida de muchas obligaciones familiares, su faena es
más fácil porque no tienen la presión de estar soportando
(apoyando a los hijos) y como hay menos enfrentamientos,
nos llevamos el cariño de los chilpayates, la vida es así de
injusta, el afecto no es para quien lo merezca o se esfuerce
más.
¿Y Dios donde quedó en nuestras vidas? Hay un adagio
que profesa así: “La familia que reza unida permanece unida”,
si bien, hoy sabemos que debemos participar más en las
actividades e “integrar” es parte de ésta misión.
Que seguridad tenemos que la lección fue aprendida, si
esto se extiende algunos meses más:
¿Estaremos preparados mentalmente para enfrentarlo?
¿Nos ha servido esta pandemia para hacer a nuestros
hijos más fuertes o solo los hemos sobreprotegido?
Se supone que vivimos con las personas que más amamos,
¿o nos boicoteamos solos?, además en la rutina acelerada
de la vida “no tenemos tiempo” de conocer a la familia que
también son muy importantes, o más, que los compañeros
de trabajo, a los que decimos inusualmente que queremos
como hermanos, ¿Será por que convivimos más de 8 horas
diarias?, pero tal parece que las relaciones se desgastan, en
vez de generar empatía con los consanguíneos, se entendió
que el distanciamiento también es sano y necesario. Dentro
de tus cuatro paredes ¿Lo lograste?
Si no salimos fortalecidos de esto, ¿no sé cuándo?, fue una
situación extrema, pero quien nos asegura que no regresara
otra más penosa, no lo sabemos, a pesar de ello debemos
estar preparados.
Descubrí que tengo una vida propia, llena de metas,
objetivos e ideales, que necesito soñar para saber que estoy
vivo y agradecer al despertar que todavía cuento con esa
chispa creativa que me motiva a iniciar proyectos en mi vida,
independientemente de si existe pareja, hijos, padres o familia;
detectando que al empezar por uno mismo se favorece a las
personas que están a tu alrededor.
Algunas actividades con beneficios personales en la
reclusión de manera positiva y con provecho ¡en familia es
mejor!, fueron las siguientes:
Leer. Agregas palabras a tu vocabulario. Es
entretenimiento para el cerebro. Creas patrones de sueño
saludables. Disminuyes el riesgo de Alzheimer. Aumentas la
concentración. Amplias tus temas de conversación. Mejora tu
memoria. Reduces el estrés y formas tu desarrollo emocional.
Ver películas. Revitaliza. Expone nuestros miedos. Ayuda
a enfocar mejor los problemas. Tiene una función catártica. Te
relaja, motiva, hace reír, provoca el llanto, la reflexión y nos
hace vivir en los personajes.
Jugar Ajedrez. Eleva tu cociente intelectual. Ayuda a
prevenir el Alzheimer. Ejercita ambos hemisferios cerebrales.
Perfecciona la creatividad y la imaginación. Potencia la
memoria. Resuelve problemas. Incrementa tu capacidad
lectora. Estimula la capacidad de análisis y síntesis. Apoya
a entender las consecuencias de sus actos. Mejora el estado
de ánimo.
Escuchar Música. (Lo ideal sería escuchar música
clásica o instrumental, donde los beneficios aumentan de
manera exponencial) pero les daré a conocer los beneficios
de escuchar cualquier tipo de música siempre y cuando te
guste y te motive.
Reduce el dolor. Disminuye el estrés. Estimula el cerebro.
Provoca un sueño reparador. Favorece el aprendizaje.
Detiene la depresión. Aumenta el rendimiento en el ejercicio.
Decrece la presión.
Armar Rompecabezas. Extiende la memoria. Desarrolla
la capacidad motriz fina. Aprende a solucionar problemas.
Ejercita los dos hemisferios cerebrales. Relaja el cerebro.
Desarrolla la paciencia. Tolerancia a la frustración. Aumenta
su lógica matemática.
Descansar. Mejora la memoria y la habilidad de
aprendizaje. Produce hormonas reparadoras. Ayuda a
equilibrar el peso. Se es más atractivo/a. Protege el corazón.
Sistema inmune más fuerte. Exalta la felicidad. Previene
enfermedades crónicas.
Y tú…. ¿Qué acciones realizaste?.......
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