Por: Cesar Sánchez Tudon
Siempre he sostenido que “no es tanto lo que se dice,
sino quien lo dice”, si es un personaje el que habla, critica,
condena o recomienda, entonces todo el mundo pone
atención en lo que dice, pero si el que emite una opinión
es desconocido, nadie le pone atención y su comentario
se pierde, se diluye.
Pedro Salmerón, un historiador reconocido, académico
muy respetado, al que le inventaron un puesto, todo para
incluirlo en el Gabinete de AMLO, lo hicieron Director del
Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones en
México, hasta hace unos días, al cual tuvo que renunciar,
tras de sus desafortunadas declaraciones en torno al
asesinato del empresario Neolonés Don Eugenio Garza
Sada.
Don Pedro, no es político, por eso sin desenfado y sin
meditarlo, declaro: “que un puñado de jóvenes valientes
fueron los que le arrebataron la vida al prominente hombre
de negocios, Don Eugenio Garza Sada”.
Todo es verdad, pero le ganó su condición de
académico y no matizo siquiera lo dicho.
Aquel fatídico 17 de septiembre de 1973, un comando
guerrillero llamado Liga Comunista 23 de septiembre,
asaltó al vehículo donde se trasladaba Don Eugenio
con el propósito no de asesinarlo, sino de plagiarlo
y ni siquiera pedir millones por su rescate, más bien
pretendían primero hacerse notar, después canjearlo por
presos políticos (la lista era de 52) y por último que se
publicara en todos los medios de difusión una proclama
para que el pueblo de México supiera la ideología de la
liga.
El comandante del grupo guerrillero era Elías Orozco,
nativo de San Fernando y egresado de la escuela de
Agronomía de Cd. Mante. Un hombre de ideales, no un
criminal, convencido que el único y verdadero cambio en
México se conseguiría por medio de las armas.
Fue aquí, en Cd. Mante, donde se gestó la idea de
la liga, estaba fresca la herida del 68, donde muchos
jóvenes mantenses habían participado activamente y el
gobierno los desapareció como el caso de el Gran Líder
Estudiantil Guadalupe Mayorga, del que no se supo nada
de él, después que fuerzas federales lo secuestraran en
el trayecto de TampicoMante donde viajaba para asistir a
sus estudios en la facultad de Leyes de Tampico, por ahí
afirmaban que “Lupe el despeinado” como le apodabamos
por su mechón de pelo lacio en la frente, había sido
arrojado al mar, como entonces lo hacía el Gobierno
del desalmado de Díaz Ordaz (para deshacerse de sus
enemigos políticos).
Guadalupe como Elías Orozco y el que escribe,
pertenecía a la AJEF (Asociación de Jóvenes Esperanza
de la Fraternidad) de la Logia Gregorio Osuna.
En la AJEF, se formaron dos grupos, unos se decían
“los Moderados” y otros “los Rabiosos”. De los segundos
el guía Ajefista era Orozco, los discursos encendidos
invitaban a la lucha armada, podemos decir que aquí
fueron los inicios de la liga 23 de septiembre, por cierto
que en el enfrentamiento donde falleciera por desgracia
Don Eugenio, ahí también cayeron varios guerrilleros,
uno de ellos del Mante, Carlos Hernández, muy apreciado
amigo, el que de no haber muerto ahí, hubiera sido un
ejemplar ciudadano, a Carlos lo trajeron a sepultar a
su querido Mante, las tanquetas militares patrullaban la
ciudad amedrentando a los habitantes, ni así impidieron
que un puñado de jóvenes y familiares asistieran al
sepelio de Carlos, donde Pedro Castillo Ríos, ante su
tumba, pronunció un hermoso discurso de despedida que
hizo llorar a los ahí reunidos entre alguno Juan Manuel
González Vargas, estudiante de Leyes y magnifico orador
y Gustavo Sánchez al que decíamos “el Chapul” pues es
oriundo del ejido Chapultepec, ejido ya conurbado con el
Mante.
Elías Orozco, fue detenido y mucho tiempo encarcelado,
sabemos de las torturas de las que fue objeto, pero al fin,
por comprobarse que él no era el asesino de Eugenio
Garza Sada, quedo libre y regreso a su añorado Mante,
el Partido del Trabajo, lo postulo en su momento para
Diputado Local y fue aprobado por el voto popular. Hizo
un buen papel como Diputado, defendiendo siempre
las causas justas, hoy en día ya entrado en años, sigue
activo políticamente, ahora a un lado de su compañero de
andanzas Héctor “el negro” Domínguez colaborador de
Andrés Manuel López Obrador y famoso líder de la otrora
huelga universitaria para conseguir la autonomía, junto
con los destacados estudiantes de Leyes y cabezas de la
huelga, los hoy prominentes licenciados Leonardo Bonilla
Barrios, Florencio Bonilla, Juan Vite, José Luis Gaytán
Godínez y el destacado Matense abogado Pascasio
Méndez, todos ellos saben la verdad porque la vivieron,
conocen a Elías y supieron lo exacto de los hechos y aun
así aunque ha pasado el tiempo y cambiaron las cosas,
son cautos al hablar porque saben que “no es lo que se
dice, sino quien lo dice.
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