El Salto Ángel (Kerepakupai Vená en pemón, que significa
«salto del lugar más profundo») es la cascada de agua más
alta del mundo, con una altura de 979 m (807 m de caída
ininterrumpida), originada en el Auyantepuy. Se localiza en el
Parque Nacional Canaima, Bolívar, Venezuela; un espacio natural
protegido, establecido como Parque nacional el 12 de junio de
1962 y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
en 1994 que se extiende sobre un área de más de 30.000 km²
(similar a la extensión territorial de Bélgica), hasta la frontera con
Brasil y el territorio del Esequibo (actualmente en reclamación)
Exploración
El salto era conocido por los indígenas de la región, quienes
le dieron el nombre de Kerepakupai Vená. El descubrimiento, sin
embargo, se adjudica a los exploradores españoles Félix Cardona
Puig y Juan María Mundó Freixas, quienes fueron los primeros
europeos en divisar el salto en 1927, Los artículos y mapas
de Cardona atrajeron la curiosidad y el espíritu de aventura
del aviador estadounidense James C. Angel, quien se puso en
contacto con Cardona para hacer varias visitas al salto en 1937.
El 21 de mayo de 1937, Cardona acompañó a Jimmie Ángel en
su vuelo sobre el salto. En septiembre de ese mismo año, Ángel
insistió en aterrizar en la cima del Auyantepuy, propósito que logró
de manera forzada, incrustando la avioneta en el suelo, por lo
que Cardona tuvo que realizar el rescate de la tripulación. Las
noticias del accidente, que afortunadamente no dejó víctimas,
motivaron que el gran salto fuese bautizado como Salto Ángel, y
así se le conoce desde entonces .
Ascenso hacia el Salto Ángel
El primer explorador en llegar al río que alimenta las cataratas,
en zona habitada por los pemones, fue el letón Aleksandrs
Laime, quien escaló el Auyantepui en 1955. Bautizó al río como
Gauja, en homenaje al homónimo curso de agua de Letonia, si
bien el nombre indígena del mismo; Kerep, sigue siendo el más
ampliamente utilizado.
Laime también
fue el primer
europeo en recorrer
un sendero que
conduce desde el
río Churun a la base
de las cataratas. En
el camino hay un
punto geográfico
comúnmente
utilizado para
fotografiar las
caídas, es llamado
“Mirador Laime”
en su honor.
Este camino es
utilizado ahora
por la mayoría de
los turistas desde el campamento de Isla Ratón. La altura de
las cataratas se determinó por una investigación de la National
Geographic Society llevada a cabo por la periodista Ruth
Robertson en 1949. Un libro de Lucas Dickinson, Cuatro ángeles,
relató el éxito de la primera subida hasta el Auyantepui desde la
cara hasta la parte superior de las cataratas.
Vista del salto desde el río Churun.
El Salto Ángel es una de las mayores atracciones turísticas de
Venezuela, pero incluso en la actualidad, un viaje a las cataratas
no es un asunto simple, debido a que la zona se encuentra aislada
por la espesa selva y los tepuyes hacen peligrosa la navegación
aérea. Se puede llegar a la región mediante un vuelo en avioneta
desde Caracas o Ciudad Bolívar, para llegar a un campamento
en Canaima. Otros turistas prefieren llegar a las cataratas por
medios más naturales, cruzando la selva por las vías acuáticas,
hasta llegar a la base del salto. El Salto Ángel también es
conocido erróneamente como Churún-Merú (cuando lo correcto
es Kerepakupai Vená, río que da origen al salto y ramificación
del Río Churún), nombre que corresponde en realidad a otra
catarata que se encuentra en el mismo Tepuy, de unos 400 m
de altura.
En Santa Elena de Uairén, Ciudad Guayana y Ciudad
Bolívar hay operadores turísticos que realizan excursiones por
tierra, agua y aire (en avioneta o helicóptero), para observar el
Auyantepuy y sus numerosos saltos de agua. Las excursiones
por tierra y agua se realizan desde el campamento Canaima
y duran unas 13 horas.
Los viajes al Salto Ángel tienen lugar de junio a diciembre,
cuando los ríos tienen la profundidad suficiente para soportar
las curiaras de madera (canoas) utilizadas por los indígenas
de etnia pemón. Durante la estación seca (de diciembre a
marzo) hay menos caudal de agua que lo que se aprecia en
algunas fotos. El escurridizo salto no puede ser visto en días
nublados, por lo que los visitantes no tienen ninguna garantía
de poder verlo en su plenitud.
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