León, Guanajuato.- Gil Loza, quien fuera parte del Club León en
la década de los sesentas, marcando historia con un recio estilo,
de aquel llamado ‘León mexicanizado’, falleció el sábado 13 según
se reportó a través de redes sociales.
Gil, quien en conjunto con su hermano Efraín fueron conocidos
en dicha época como los “Hermanos Muerte”, bautizados así por
el emblemático narrador y cronista deportivo Ángel Fernández,
lograron dejar huella en la institución cuerera.
Gil Loza, jugador del León en la década de los años 60 y
70, y campeón de Copa en la Temporada 1966-1967, falleció la
madrugada del sábado a los 77 años de edad.
Loza fue parte de ese equipo del León que se mexicanizó
cuando llegó el técnico argentino Luis Grill en la temporada 1966-
1967 y que junto con su hermano Efraín (fallecido en 2017) le dieron
un sello de ´garra´ y pundonor a la zaga verdiblanca.
Los hermanos Gil y Efraín Loza recibieron el apodo del dueto de
´Los Hermanos Muerte´, por su entrega en la marca y en el juego
aéreo, uno (el Capi Efraín) era más técnico y el otro (Gil) era fuerza
en la marca; las delanteras rivales les tenían miedo.
Gil, militó con La Fiera entre 1963 y 1972, originario de
Tepatitlán, Jalisco, impuso récord de 211 partidos consecutivos y
ganó un título de Copa en la temporada 1966-1967 superando en
la final al Guadalajara.
También con León, logró el subcampeonato de Copa en
la temporada 1965-1966 al perder la final con el Necaxa y el
subcampeonato del match de campeones en 1967 al perder con
el Toluca.
Los pases en corto, de primera intención y al hueco, era lo que
caracterizaba a ese equipo León que agradaba a la tribuna.
En ese equipo jugaron ´El Chino´ Estrada, Amador Fuentes,
Carlos Barajas, ´Xelajú´ Anaya y otros. Después, cuando se volvió
a contratar extranjeros, con Jorge Davino, Juan José Valiente,
Rafael Albrecht y un año después con Roberto Salomone.
Gil Loza murió la madrugada del sábado a los 77 años debido
a complicaciones respiratorias, pues padecía enfisema pulmonar.
El exjugador fue velado en Funerales Cervantes y posteriormente
sería cremado. Le sobreviven sus hijos Omar, Edgar, Georgina y
José, así como su esposa Angelina.
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