El duende del panteón municipal
“Rescate cultural de leyendas”
Las narrativas, descripciones, historias, relatos y/o leyendas que aquí se publican,
son algunos productos de aprendizaje del curso-taller “Expresión Oral y Escrita” que
imparte el Mtro. Pablo Huerta Gaytán a estudiantes del Centro Universitario de Los
Altos, de la Universidad de Guadalajara. En algunos casos, en el texto se mezclan la
imaginación, realidad y ficción para, a partir de la leyenda, llegar incluso al cuento.
Por Nancy Coronado Aguirre
2° Semestre de Lic. en Contaduría Pública
Hace algún tiempo vivía un
hombre en un rancho, ubicado
entonces relativamente cerca del
centro de Arandas, Jalisco. Se
cuenta que solía ser agradable
y gentil, pero por razones
desconocidas su comportamiento
comenzó a cambiar, dejó de ser
la persona accesible que todo el
pueblo de aquellos años conocía
y comenzó a aislarse, causando
desconfianza entre las personas
del lugar.
En uno de los viajes que solía
hacer al centro de Arandas para
comprar víveres y productos necesarios, al terminar sus
compras, ese día le tomaron más tiempo de lo normal,
decidió regresar a su rancho, en el camino rumbo a su
casa, tenía que cruzar el panteón municipal de Arandas.
Fue esa noche fría de invierno, el viento era tan fuerte
que calaba hasta los huesos y hacía sonar intensamente
las hojas de los árboles, al chocar unas contra otras, eran
alrededor de las 9:00 de la noche, el sujeto se dirigía
caminando tranquilamente a su casa, de pronto el fuerte
sonido del viento lo empezó a alterar e inquietar un poco,
mientras se acercaba más al panteón municipal más
alterado parecía, su comportamiento daba a entender que
se sentía observado, pues cada pocos pasos volteaba
alrededor y buscaba con la mirada algo en la obscuridad
del bosque que envolvía el camino.
Un terror inexplicable le empezó recorrer el cuerpo y se
sintió incapaz de controlarlo, intentó agudizar sus oídos en
busca de cualquier sonido extraño en el ambiente, que le
diera alguna pista y dar con quien lo observaba.
El hombre empezó a escuchar unas risas espeluznantes
que, al parecer provenían del interior del cementerio,
ubicado aún frente a él, decidió caminar rumbo a las
puertas enormes del panteón para averiguar de qué se
trataba el sonido que escuchaba y cerciorarse si el terror
que sentía era en su interior o todo estaba en su cabeza.
Pasaron por su mente muchas suposiciones, una de
ellas fue que quizás los sonidos
eran de alguna bruja, que según
rumores de la localidad, solía
pasearse por aquellos rumbos.
Pronto se dio cuenta que no era
esa la fuente de aquellos sonidos
extraños, pues al asomarse por
la puerta no se veía a nadie
dentro de aquel lugar.
Al darse la vuelta para seguir
el rumbo hacía su hogar, vio a
lo lejos en medio del camino,
a un niño que parecía estar
jugando. Decidió acercarse para
preguntarle al pequeño la razón
por la cual estaba allí tan tarde, cuando observó con más
claridad se quedó inmóvil, pues se dio cuenta que la figura
pequeña que había visto en el camino no era de un niño,
sino que se trataba de un duende que lo miraba fijamente
con aquellos ojos verdes y vacíos.
El duende con sonrisas macabras animaba al hombre
a acercarse, pero cuando se negó a hacerlo, el duende
comenzó a conjurar hechizos para que el sujeto se
arrimara, al acortarse la distancia entre uno y otro, el ser
extraño tomó la mano de aquel hombre y lo llevó al interior
del monte.
Se dice que después de eso, jamás se volvió a ver a
ese señor de nuevo y que algunas noches, en ese lugar
se escuchan gritos de pena y sonidos diabólicos, también
se cuenta que el hombre fue asesinado a manos de aquel
duende y su alma anda penando en ese lugar, igual se
rumora que se siguen observando aquellos seres extraños
por el lugar y se recomienda que si alguien llegara ver a
esas criaturas, evite mirarle directo a los ojos...
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NOTA. Hay quienes ven a la leyenda como resultado
de hechos reales, a los que se agregan interpretaciones
de enseñanzas válidas y hacen que la historia resulte más
interesante. Pueden existir muchas versiones ligeramente
diferentes de una misma leyenda porque su transmisión
inicial ha sido oral.
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