En Don Ignacio corre por sus venas la sangre alteña y el amor por su tierra, nacido en La Joya del Municipio del Valle de Guadalupe, reafirmando su amor por Los Altos de Jalisco al quedarse a vivir en Tepatitlán, contrajo nupcias con la señora Piedad Padilla, quien este día fue festejada por haber cumplido un año más de vida y lo más emotivo, el haber estado rodeada de sus hijos.
Como era normal en esa época, su infancia estuvo rodeado
de una vida campirana, ya que la familia Casillas de la Torre
comercializaba ganado en varios Estados de la República
Mexicana. Estuvo un tiempo en Los Estados Unidos pero el
arraigo y el amor a su tierra hizo que regresara convirtiéndose
en uno de los pioneros en inseminación artificial en Tepatitlán.
A lo largo de su vida, ha impulsado la charrería siendo socio
fundador de la asociación alteña de Tepatitlán. De hecho, su
nombre aparece al lado de los precursores de la charrería en una placa que yace en la Plaza de Armas de nuestra
ciudad en la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de
Tepatitlán de Morelos desde abril de 2019, fue fundador de la
Asociación Regional de charros de Tepatitlán, ha Participado en
radiodifusoras en donde promovía las tradiciones mexicanas,
en especial la charrería, el deporte más mexicano., escribió un
libro en donde recopiló lo más importante de su vida.
Don Ignacio es de aquellas personas que se enorgullecen
de vestir el traje de charro, a sus 83 años sigue siendo un
hombre bien plantado, con la sobriedad que tiene la gente del
campo y que sin duda alguna, es orgullo para sus hijos e hijas,
nietos, bisnietos, nueras y yernos, porque hombres como el,
siempre dejan un legado que debemos de cuidar para siempre
y después de develar una placa en su honor, todos se fueron al
comedor del rancho y ahí la señora Piedad recibió innumerables
felicitaciones.
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