Por: Miguel Ángel Quintana Salazar
La dimensión noética comprende los aspectos cognitivos
del ser humano. A diferencia de la psicología cognitiva, el
conocimiento para la logoterapia se funda a partir de la
nuodinamia, Frankl reconoce la existencia de una realidad,
de la que forma parte la persona, y puede conocerla por
medio de la nuodinamia.
La logoterapia como un corpus teórico encierra un
sistema conformado por tres conceptos:
Logoteoría: nos permite considerar a la persona como
un ser integral, buscador de sentido por medio de su
conciencia.
Logoterpia: se refiere a la dimensión propiamente
terapéutica de este corpus teórico.
Logoactitud: hace referencia a una actitud hacia el
sentido se relaciona con la libertad-responsabilidad.
El concepto de hombre presentado por la logoterapia se
centra en tres pilare que están íntimamente relacionados.
Primer Pilar: libertad de voluntad
La libertad del hombre lo coloca en un lugar superior
al resto de los animales. Pero esta libertad no implica
ausencia de condicionamientos, no es solamente libre
de algo, también es libre para algo, para tomar posición
ante los acontecimientos, tomar una actitud ante cualquier
condición en que se encuentre.
Los condicionamientos son motivos (no suficientes)
se les puede agrupar en biológicos, que se refieren a
las condiciones orgánicas, como el calor de la piel o
determinados rasgos faciales, psicológicos que son factores
emocionales, apegos, el tipo de inteligencia, etc.
La dimensión espiritual permite al hombre abrirse al
mundo de los valores. Los valores atraen a la persona a su
realización. La dinámica de lo espiritual se fundamenta en
esta aspiración a los valores, lo cual nos lleva a profundizar
en el segundo pilar de la logoterapia: voluntad de sentido.
Segundo Pilar: Voluntad de sentido
Se refiere a los esfuerzos de una persona por buscar un sentido a su existencia. La actitud propiamente
humana es salir de uno mismo para buscar sentido y valores en el mundo.
Se refiere a los esfuerzos de una persona por buscar un sentido a su existencia. La actitud propiamente
humana es salir de uno mismo para buscar sentido y valores en el mundo.
Es algo innato en la persona, el principal factor
motivador de la vida, es la motivación para vivir y actuar.
La persona ante todo buscará cualquier modo de placer,
poder o felicidad, pudiéndolo alcanzar por momentos, pero
sin encontrarle sentido a su vida.
Cuando no se puede realizar la voluntad de sentido,
el hombre cae en una vivencia de vacío existencial. La
voluntad de sentido es reemplazada por la voluntad de
poder o por la voluntad de placer.
Tercer Pilar: Sentido de la vida
La voluntad de sentido moviliza a la persona, quien por
la conciencia puede descubrir valores. La realización de
valores descubiertos libremente satisface la voluntad de
sentido.
El sentido de la vida no implica necesariamente que se
descubra directa e inmediatamente.
El sentido de la vida
solamente se descubre y asume desde la responsabilidad
personal, a partir de las acciones en la existencia concreta,
en el aquí y ahora, no es un sentido integro, sino que
se va componiendo de sentidos parciales y se puede
descubrir y cumplir en una colisión de valores y su conflicto
consecuente.
El sentido proviene de una causa que nos comprometa,
una tarea que cumplir, un propósito que alcanzar, una
persona que amar. El sentido proviene de una causa que
nos comprometa, una tarea que cumplir, un propósito
que alcanzar, una persona que amar. La persona puede
encontrar valores en cada situación.
El descubrimiento de
sentido en la vida de la persona
brinda coherencia, porque el
descubrimiento y la realización
del valor le confiere a la vida
orientación y dirección.
CATEGORIA DE VALORES
Se pueden identificar tres
categorías de valores tres
posibles modos de descubrir
el sentido de vida. En primer
lugar, realizando una acción,
haciendo, creando, ofreciéndole algo al mundo (valores de creación); en segundo lugar,
recibiendo algo del mundo, encontrándome con el otro,
estando en contacto con el otro, estando en contacto con
la naturaleza, el arte el amor (valores de experiencia); y en
tercer lugar; por medio de la disposición o actitud con la que
el hombre enfrenta lo imprevisible (valor de actitud).
Desde la logoterapia se busca apear a la conciencia
de la persona, brindarle oportunidades para que pueda
encontrar, descubrir y realizar valores que la ayuden a
encontrar sentido de vida.
La apelación es la acción de recurrir a una instancia
superior. Se apela a la libertad humana, la fuerza de
oposición del espíritu, la facultad para descubrir sentido.
El inconsciente espiritual es permanentemente apelado,
llamado, convocado, estimulado, incentivado por los
valores.
En el fondo la tarea de todo logoterapeuta es facilitar el
encuentro de la persona con os valores que se presenta en
su mundo, favoreciendo la realidad de estos valores.
Una innovación de la logoterapia es que el hombre
puede encontrarle sentido al sufrimiento, transformar una
tragedia en un triunfo personal, la propia desgracia en un
logro humano (no implica ver el lado positivo, sino que el
logro está en el modo de vivir pese a ese sufrimiento).
Definir al hombre como un homo patiens implica
reconocer en él la capacidad de padecer. Padecer implica
poder descubrir y realizar un valor a través del sufrimiento
que se está viviendo en una situación particular.
Con respecto al homo faber, se refiere a la capacidad del
hombre de encontrarle sentido a la vida realizando valores
de creación. Y al mencionar al homo amans, se relaciona
con os valores de experiencia y resalta la capacidad de
amar de las personas.
El amor es un fenómeno primario y en su realización se
manifiesta la espiritualidad de la persona. Permite ver el
otro lado en lo que es y en lo que puede llegar a ser.
El amor transforma a la persona, la motiva en llegar a ser
algo que no esperaba, y que ni siquiera se imaginaba que
pudiera pasar y a que el amar se colabora a que la persona
amada (pareja, familiar, amigo, educandos, cualquier otro)
desarrolle sus potencialidades.
SUPRASENTIDO
El último de los conceptos fundamentales dentro de la
logoterapia como sistema es el de suprasentido, que es un
concepto ambiguo. Es un campo que marca el límite entre
el campo de la logoterapia y la teología. Se relaciona con la
fe religiosa, ya que trasciende la capacidad de comprensión
racional que deriva en la fe de un suprasentido.
Lo que se pide al hombre no es, como predican muchos
filósofos existenciales, que soporte la insensatez de la vida,
sino que asuma racionalmente su propia capacidad para
aprender toda la sensatez incondicional de la vida, sino que
asuma racionalmente su propia capacidad para aprender
toda la sensatez incondicional de esa vida. Logos es mas
profundo que la lógica.
VACIO EXISTENCIAL
Cando la voluntad de sentidos se ve frustrada, la
persona no le puede encontrar sentido a su vida. Este vacío
existencial puede ocurrir cuando una persona enfrenta
crisis existenciales, o bien, cuando no encuentra valores
presentes en su realidad. Lo que enfrenta es la frustración
existencial, no la vivencia del vacío. Esta frustración
existencial es el sentimiento de falta de sentido de la propia
vida. Algunas de las manifestaciones del vacío existencial
son el aburrimiento y la indiferencia. El aburrimiento es la
falta de intereses y la indiferencia es la falta de iniciativa.
Entre las principales consecuencias del vacío existencial
se encuentran la depresión, agresión y adicción. La
depresión puede asar de la anulación de toda voluntad
y autoestima hasta el aburrimiento fatal, llegando a su
extremo, que es el suicidio; la agresión, en todas sus formas
y expresiones; y la adicción con toda su fuerza alineadora.
El vacío existencial también es un vacío social: las personas
cada vez hacen menos actividades en grupo, actividades
más sedentarias, tienen menos desafíos, incapacidad de
comprometerse (con y por otro), presentando dificultades
en la comunicación. El vacío existencial puede predisponer
la aparición de las neurosis nuógenas, que se definen como
los efectos mórbidos de frustraciones espirituales en lo
psíquico.
Es difícil ignorar que los índices delictivos en México y
el mundo presentan cifras ascendentes, que la depresión
va ganando terreno en personas de todas las edades y
que distintos tipos de adicción se vuelven más comunes en
nuestro espacio vital. Las ciudades parecen más peligrosas
y asfixiantes que nunca, despertando en muchos de sus
habitantes un sentimiento trágico que por momentos parece
incontrolable.
El vacío de la existencia, se relaciona con crisis
emocionales desencadenadas por sufrir frustraciones de
manera continua, incapacidad para concretar propósitos
individuales y realización de actividades rutinarias que dejan
poco espacio a la creatividad, pero se debe sobre todo a la
falta de afecto y de relaciones sociales enriquecedoras.
Asimismo, llama la atención sobre el hecho de que el
paciente con este problema experimenta habitualmente
estados de angustia, es decir, “momentos de alteración,
tensión o ansiedad sin que haya algo que los provoque; la
persona siente que le preocupa todo, pero a la vez nada
en específico. Ha perdido la motivación y el interés por lo
que ocurre y ello hace que crea que vivir es lo peor que le
puede pasar; es de suponer que cuando dicha situación
se prolonga y es muy intensa, llega a desencadenar el
suicidio”.
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