Sofocante abrazo el de este
sentimiento, ese que es parecido
A cuando se escurre la única
riqueza por un hueco en el bolsillo
Y sentirse de alguna forma
estúpida y risiblemente robado.
Me descubro en el bolsillo un
enojo con tumor en la tiroides
Un odio elefantezco cubierto con
una sábana
Una repulsión con sabor al vino de
la casa, una carta explosiva
Con el mismo remitente y
destinatario.
Hoy los pájaros no cantan en
la noche y no pasa nube por
Don
desierto.
Hansi Javier Rosales
Hernández
XVII
Una mujer sus brazos mueve sobre la hoja que su muerte brinda.
Ojos que se alzan y huyen.
Una mujer devorada por sus cuervos.
Por su soledad como perros.
Una mujer como esfinge
arde contra toda posibilidad.
Lacera la página en que escribo.
Mujer locura, sueño diurno.
¿No eres acaso las voces que
ahora se abren paso entre las mías?
Mujer diáfana, recostada en
el sexo erecto de la noche.
Bésame el sexo como beso tu muerte.
Déjame reposar en tu pecho
Como en el fuego
en el que ardamos.
Juan José Rosales Hernández
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