Persiguiendo luciérnagas
Por Luis Ángel Hernández Hernández
Licenciatura en Contaduría,
2º
semestre
El Portón de las leyendas
Las narrativas que se publican en esta sección, son productos de aprendizaje del curso-taller
“Expresión Oral y Escrita”, impartido por el Mtro. Pablo Huerta Gaytán. Fueron redactados por
alumnos del primer semestre (ciclo 2017-B) de la Licenciatura en Negocios Internacionales, del
Centro Universitario de Los Altos, de la Universidad de Guadalajara.
Se narra la historia de una familia de la comunidad del ¨Mogote de los Sauces¨ municipio de Arandas Jalisco. Toda la región de Los Altos de Jalisco se ha caracterizado por ser tierra de fe, tanta que anteriormente, en la guerra cristera muchas personas dieron su vida por su fe, de ahí el dicho “tierra roja, manchada por la sangre de los cristeros”. Lo que en un momento fue un lugar tranquilo, lleno de tradiciones, personas dedicadas al campo y de una clase social humilde, cambió con la llamada “guerra cristera”, en esta comunidad de aproximadamente 300 personas sucedió un acontecimiento allá por el año de 1917, que marcó la vida de todos los habitantes del lugar.
Una familia formada por, el papá Juan Orozco, la mamá
María Contreras, una de sus hijas Marta de 15 años y el pequeño
Juan Jr. de 6 años o Juanito como la mayor parte de su familia
lo llamaban: Esta familia fue una de las tantas que intervinieron
en esta guerra, Juan, armado participaba en esta guerra, María y
Marta, preparaban la comida, distribuían armas y municiones a los
hombres que defendían su religión.
Vivían en una pequeña casa de adobe, era una familia humilde
con muchas carencias como la mayoría de esa época. María, Marta
y el pequeño Juanito llenos de temor y angustia caminaban hasta
la ciudad, para llevar provisiones y municiones a sus familiares que
estaban en guerra.
Una noche llena de muchos vientos el pequeño Juanito salió
a jugar, le gustaba como el viento tocaba su rostro, mientras él
perseguía a las luciérnagas por todo el rancho, cuando de pronto
vieron llegar un grupo de soldados a su comunidad, los soldados
comenzaron a revisar casa por casa y a asesinar personas que en
ellas se encontraban, la familia al escuchar los primeros disparos
salieron corriendo a esconderse, la sorpresa fue que Juanito no
estaba con ellos.
El papá salió al sembradío junto con su hija y su esposa, toda la
familia corría con miedo y desesperación, miedo por lo que estaba
pasando y desesperación por no encontrar al pequeño Juanito,
quien estaba siguiendo a las luciérnagas cada vez más lejos de
su casa, él no se daba cuenta de lo que estaba pasando así que
siguió su rumbo.
Tiempo después Juanito se dio cuenta que estaba muy lejos
y decide regresar para dormir, conforme se acercaba más ruido
escuchaba, lo que al principio él pensaba que eran cohetes pero
resultaron ser disparos de los federales.
Caminaba y caminaba pasando por las casas, veía tiradas a las
personas que eran sus vecinos, amigos y familiares, preguntándose
qué era lo que había sucedido, llegó a su casa buscando a sus
padres y su hermana, pero no estaba nadie, se sentó en el suelo, esperando que por alguna razón sus papás llegaran, para ponerse
a rezar como comúnmente lo hacían, pero nunca llegaron, los que
si llegaron fueron dos federales, estaban haciendo la última revisión
de la zona y se encontraron al pequeño Juanito.
Los soldados al ver el pequeño rostro del niño, se voltearon a
ver uno al otro y dijeron qué hacemos con él, a lo que contestó uno
de ellos “son órdenes de Vallejo”, el capitán que les dio la orden de
atacar, tomaron al niño, lo sacaron de su casa, el pequeño Juanito
no sabía qué estaba pasando, aunque por dentro sabía que no era
nada bueno.
Postrado de rodillas de cara a su pequeña casa y estando
de espalda a los soldados dijo “Viva cristo rey y santa María de
Guadalupe” recibiendo así el primer y único disparo, haciéndolo
caer frente a su hogar.
Luego de esto los federales se marcharon y los pocos que se
salvaron volvieron a sus casas, encontrando todo desecho, sus
papás con la esperanza de ver a Juanito vivo llegaron a su casa y lo
vieron ahí, pero no el cuerpo de Juanito muerto, sino el espíritu del
pequeño niño el cual esperaba la llegada de sus padres, al verlos
llegar el pequeño saludó con su mano derecha y desapareció.
Su familia se dio cuenta que ya no estaría con ellos pero él
estaría más cerca de lo que ellos pensaban, su espíritu aún se
escucha siguiendo las luciérnagas y esperando en su casa de
adobe la llegada de personas para seguirlas juntos.
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NOTA. Hay quienes ven a la leyenda como resultado de hechos
reales, a los que se agregan interpretaciones de enseñanzas
válidas y hacen que la historia resulte más interesante. Pueden
existir muchas versiones ligeramente diferentes de una misma
leyenda porque su transmisión desde su origen ha sido oral.
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