Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
El Dr.Guillermo Gutiérrez Calleros nos explica con
un lenguaje muy claro y con cierto grado de poesía, los
cambios que se producen en ese momento tan maravilloso
que es el nacimiento de un bebé.
La función básica para que sobreviva el embrión
y el feto (embrión de mayor edad) es el flujo de la
sangre.
Aunque el bebé no haya desarrollado el cerebro
(anencefalia) o el corazón tenga una malformación
congénita que no le permita sobrevivir después de nacer,
el bebé va a formarse, a desarrollarse y va a crecer si
la sangre fluye hacia las células. Hablamos de “río vital” puesto
que es el flujo que lleva la nutrición y el desperdicio para que sea
eliminado.
Al momento de nacer, las funciones biológicas más importantes
del bebé son: las de mantener el flujo sanguíneo, la capacidad de
conservar su temperatura y el ser capaz de respirar para llevar el
oxígeno hacia la sangre y eliminar el dióxido de carbono.
Los pulmones, que conforman el sistema respiratorio del bebé,
sólo están listos para respirar a término, después de 37 semanas
de gestación en la mayoría de los casos.
Los niños que nacen por cesárea, sobre todo lo que llamamos
cesárea electiva, tienen la tendencia a desarrollar un problema
respiratorio pasajero que se denomina taquipnea transitoria del
recién nacido que significa respirar rápido durante varias horas.
Esto se debe a que el bebé no ha estado sometido al trabajo de
parto.
Hace años pensábamos que la razón de la taquipnea transitoria
era que al momento de nacer, el tórax del bebé era exprimido por el
canal vaginal y de esa manera, sacaba mucho líquido pulmonar al
exterior.
Ahora sabemos que eso no es cierto, que la cantidad que
sale por esta “exprimida del tórax”, es una cantidad ínfima, nada
comparado con el líquido que llenan los pulmones. Los pulmones
del bebé, cuando está aún dentro de la madre, están llenos de
líquido pulmonar producido por los alvéolos nuevos del bebé que
están formando el tracto respiratorio. Cuando estamos por nacer la
madre naturaleza nos alerta que nos preparemos a la salida. Esa
“señal” es el trabajo de parto.
De la misma manera que el trabajo
de parto es doloroso y tedioso para la madre, es esencial para el
bebé. No sabemos cuál es el mensajero bioquímico, el “dedo que
aprieta el botón” para que el niño se prepare, pero sabemos que el
trabajo de parto inicia el proceso que hace que el líquido pulmonar
sea lentamente absorbido hacia la circulación.
La gran mayoría del
líquido que llena los pulmones no es expulsado hacia el exterior,
es absorbido internamente. Este proceso necesita tiempo, por eso
el trabajo de parto es tan prolongado; la madre naturaleza lo hace
así no porque quiera lastimar a la madre, sino porque quiere alertar
y preparar al bebé para el nacimiento.
Otro desafío que el bebé tiene al nacer se relaciona con los
cambios cardiovasculares: Hay un orificio dentro de la pared del corazón, llamado la ventana oval y otra conexión de los vasos
sanguíneos en el exterior del corazón, que llamamos conducto
arterioso.
Es a través de esos canales que la sangre fluye del lado
derecho al lado izquierdo del corazón. Este flujo sanguíneo es
esencial para que el oxígeno que llega de la placenta alcance el
lado izquierdo del corazón, que es donde necesita ser bombeado
para todo el cuerpo. Estas dos conexiones son esenciales para
sobrevivir en el vientre materno. Al nacer, todos los bebés tienen
“soplos” cardíacos ya que la sangre fluye por estos canales; un
tiempo después del nacimiento estas conexiones desaparecen.
En el momento de nacer abrimos los pulmones, respiramos y
lloramos. Y esa sinfonía, el llanto del bebé, es lo más bello que
hay para mis oídos. Abrimos los pulmones desde el punto de
vista aéreo y vascular. Los vasos sanguíneos se van a abrir y el
bebé va a recibir sangre dentro de los pulmones y de esa manera
será capaz de ventilar los pulmones y así oxigenar su sangre
apropiadamente.
Otro desafío muy importante que el bebé tiene es mantener
su temperatura. La gran mayoría de las etnias ha reconocido este
problema y cuando el bebé nace lo primero que hacen es secarlo
y después lo cubren. Ya sabemos desde hace 100 años (cuando
se crearon las primeras y rudimentarias incubadoras) que el niño
que se enfría tiene menos posibilidades de sobrevivir que el niño
que se mantiene en buena temperatura ambiental. Además, él
tiene que adaptarse a todos los cambios metabólicos, puesto que
el cordón umbilical, que lo conectaba con su madre y que le ha
dado toda la nutrición que necesitaba, ahora ya no existe y tiene
que mantener el azúcar y otras sustancias nutritivas en niveles
normales en su sangre.
Como aún no puede obtener bastante
leche del seno materno, utiliza las “reservas” que ha acumulado,
sobre todo durante las últimas 8 semanas de embarazo. Es por eso
que el bebé gana tanto peso en el último trimestre del embarazo
y es también una de las razones por las cuales todos los bebés
pierden un poco de peso en la primera semana de vida.
Cuidados del bebé
Desde el punto de vista de cuidados físicos del recién nacido, es
muy importante mantenerlo en un buen ambiente de temperatura asegurarnos de que es capaz de amamantarse ya
sea de leche materna, en botella u otras fórmulas.
La mejor manera es alimentarlo es “a libre demanda”.
Los primeros días hay poca leche materna así que el
bebé va a alimentarse durante pocos minutos pero
frecuentemente. Al pasar los días la estimulación de los
senos, las hormonas y demás ayudan a que la producción
de leche aumente, así que él toma más leche en cada
tetada y empieza a alimentarse con más regularidad,
cada 3 a 4 horas.
El excremento es inicialmente de un color verde
oscuro-negro, lo llamamos meconio; después cambia
a un color amarillo-dorado. El número de evacuaciones
es variable, de 1 vez hasta 6 u 8 veces al día. La mejor
manera de vigilar que el bebé esté bien hidratado es vigilar
el número de veces que orina.
Debe de eliminar orina de
3 a 4 veces diarias los primeros 2-3 días; después 7 a 8
veces, cada 24 horas.
La piel del recién nacido es muy sensible por lo que no
hay que exponerlos al sol. Hay una tendencia en muchos
países de poner los bebés al sol relacionado con la
ictericia (que es un color amarillento que puede aparecer
en la piel del recién nacido ya que su hígado no tiene la capacidad
de eliminar una sustancia que llamamos bilirrubina). Ahora bien, si
la ictericia es significativa, el bebé debería estar en el hospital para
ser tratado con fototerapia. Si nota a su bebé “amarillento” llévelo
rápidamente a su médico.
No necesitamos ponerle al bebé lociones, cremas ni nada
de eso. El olor de un bebé, sobre todos los primeros días, es un
olor muy particular que no puede recrearse. Si alguien pudiera
recrearlo y ponerlo en una tienda seguramente habría miles de
mujeres caminando en la tienda sin saber por qué, atraídas por
el aroma, como las abejas a la flor. Es un olor muy especial el de
los primeros días y poco a poco desaparece. Creo yo que utilizar
jabones, cremas y polvos en el cuerpo de un bebé es realmente
innecesario a no ser que exista una patología.
Desde el punto de vista del cordón umbilical no hay que hacer
absolutamente nada.
El cordón umbilical es uno de los tres tejidos
del ser humano que no tiene nervios sensitivos, es decir, no
duele. A medida que los días pasan y que ese cordón umbilical
se seca, puede picar y enrojecer la piel alrededor del ombligo.
Necesitamos tener cuidado con eso. El cordón umbilical se cae
por sí solo porque es una gangrena y como tal, va a desprenderse.
Generalmente ocurre durante la primera semana de vida aunque
puede suceder hasta la segunda semana. Un niño al que no se
le ha caído el cordón a la tercera o cuarta semana puede ser que
tenga algún problema inmunológico. Si la madre está preocupada,
yo recomiendo tomar un algodoncito con un poco de alcohol o
agua limpia, exprimirlo (no debe estar muy mojado) y limpiarlo.
El cordón umbilical, al igual que cualquier costra que se seca y
se cae, no debe producir nada. Puede suceder que si la costra
o el cordón estuviera un poco fresca cuando se desprende se
produzcan algunas gotas de sangre.
Si el bebé es de sexo femenino pueden haber cambios en su
cuerpito ocasionado por la trasmisión de hormonas de la madre,
que se denomina ginecomastia. Los pechitos del bebé pueden
hincharse y frecuentemente pueden tener leche. No es necesario
hacer nada.
Dado que el tejido de la mama es lo mismo para el
hombre que para la mujer, esto puede presentarse también en
bebés de sexo masculino. En
algunos países la llaman “la leche
de las brujas” porque se dice que
hace muchos años las brujas
necesitaban gotitas de leche de
recién nacidos, principalmente de
varones, para hacer sus pociones
mágicas
En las nenas puede haber
también un mínimo sangrado
vaginal que se manifiesta con unas
gotitas de sangre en el pañal y que
no debe ser motivo de alarma.
Es común que durante las
primeras horas de vida el bebé
estornude frecuentemente ya que
de esa forma elimina secreciones
respiratorias. Al no poder toser
efectivamente es frecuente que
esto ocurra. Es normal también que
el bebé tenga temblores, irritabilidad
frente a distintos estímulos (como encender la luz, causar un ruido,
tocarlo, etc.).
Puede presentar al mismo tiempo lo que llamamos estrabismo.
Esto es, ser bizco o mover los ojos de una manera rara. Siempre y
cuando estos estrabismos sean simétricos, es decir, se presenten
en los dos ojos al mismo tiempo, se trata de un problema que va a
desaparecer y que se debe a la falta de mielinización del sistema
nervioso periférico; ambos problemas son raros después de dos
meses de edad.
Por último, es importante que nos refiramos a la posición
de descanso. El bebé debe estar acostado en un lugar seguro,
protegido. Es importante no dejar dentro de su cama objetos que
lo puedan dañar.
Tampoco poner plantas o juguetes sobre su cuna
(que pudieran caerse y lastimarlo).Es aconsejable también, no
poner música estridente, para no traumatizar su sistema auditivo.
Es preferible acostarlos boca arriba aunque no significa que
la posición no pueda ser alternada poniéndole una cobijita o
una almohadita en su espalda para darle un cierto ángulo. Se
recomienda no dejarlo acostado boca abajo, sobre todo sobre
un colchón muy suave o una alfombra muy espesa; también los
colchones de agua resultan peligrosos.
El bebé puede cansarse,
porque sus músculos del cuello no son muy poderosos y no podrá
levantar su cabeza, pudiéndole ocasionar problemas para respirar
al obstruírsele la nariz.
En países donde rutinariamente han acostado a niños boca
arriba se constata una menor incidencia por muerte súbita o
“muerte de cuna”. Pero como dijimos, es importante saber también
que no es necesario que el bebé esté constantemente boca arriba
porque si no le cambiamos su posición, su cráneo puede llegar a
deformarse. La posición boca-abajo es necesaria también, cuando
lo vigilamos y está despierto, para que levantándose, ejercite sus
músculos pectorales.
Recordemos que el lugar donde su bebé duerme, es donde
pasará la mayoría de su tiempo, durante los primeros meses.
Seamos cuidadosos.
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA.
drsigala@hotmail.com
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