Tierra de magia, terror, fantasía y miedo
Texto y fotografía:
Por Miriam Elizabeth Almaraz Gómez
1er. semestre de Negocios
Internacionale
El Portón de las leyendas
Las narrativas que se publican en esta sección, son productos de aprendizaje del curso-taller
“Expresión Oral y Escrita”, impartido por el Mtro. Pablo Huerta Gaytán. Fueron redactados por
alumnos del primer semestre (ciclo 2017-B) de la Licenciatura en Negocios Internacionales, del
Centro Universitario de Los Altos, de la Universidad de Guadalajara.
En Acatic se cuentan muchas leyendas que incluyen magia, terror, fantasía, miedo y un cúmulo de emociones que envuelven y caracterizan a sus habitantes, cada vez que se escuchan los relatos de personas mayores; es como revivir a nuestros antepasados y darse cuenta de que la historia contada, en realidad, no parece ser verdad.
Para comenzar a contar aquellas
historias, primero destaca un hecho que está
enlazado con lo que se presentará más a
delante: En el año de 1774 en el Tribunal de
la Santa Inquisición se llevó a cabo un juicio
contra el mulato Joseph Sebastián, esclavo
de Marcela Salcedo quienes eran vecinos del puesto de Suchitlán - Juchitlán en Zacatecas. El acusado estando frente al tribunal se le
cuestionó lo siguiente: -¿Quiénes más han hecho este mismo pacto
con el diablo y dónde viven?
-- “Juan de Lara, Pedro de Lara y Pedro Tiburcio, vecinos de
Acatic de la Jurisdicción de Tepatitlán”, fue su respuesta.
A lo anterior se hace referencia que en Acatic hubo habitantes
acusados de brujería, pero se invita al lector que corrobore este
hecho por sí mismo y así tenga la última palabra.
En aquellos usos de razones, allá por el siglo XVIII las personas
que, con sus propias palabras conformaron estas historias, según
me lo contó hace unos días la maestra Ana Rosa Gonzáles Pérez,
cronista de Acatic, quien amablemente facilitó documentación
alusiva a las leyendas de este lugar. Viendo los dioses que la tierra
estaba a oscuras, determinaron hacer el sol y la luna; después de
discutir lo mejor, concluyen que era necesario arrojar a uno de ellos
a la hoguera y así lo hicieron las dos divinidades seleccionadas.
De los dioses sacrificados en el fuego salieron el sol y la luna. Al
ver que ambos astros despedían la misma brillante luz, decidieron
golpear a la luna con un conejo. Así lo hicieron y la luna brilla como
hasta el momento, pero el conejo quedó marcado en la faz del astro
nocturno. Este defecto ya no lo corrigieron.
Como los astros no se
movían en el firmamento, discutieron entre sí y encontraron que
solamente muriendo todos, de uno en uno, harían mover a todos
los demás cuerpos celestes.
El viento fue el encargado de llevar a feliz término tan heroica
determinación. Así empezó su encargo, pero cuando llegó el turno
de morir al dios Xólotl, este se negó a cumplir con lo pactado y huyó
escondiéndose en el maíz en forma de olote.
Encontrado en el maíz,
huyó y se escondió en el agua en forma de ajolote; descubierto
nuevamente logró esconderse en el corral en forma de guajolote;
después en la cocina en forma de tejocote, hasta que logró el viento
apresarlo y ejecutarlo, cumpliendo así su misión divina. (*)
Estas leyendas influyeron en la creencia que los hechiceros y
brujas poseían diversos poderes sobrehumanos para transformarse
en otros seres como animales o plantas para hacer maleficios a las
personas.
En la torre de la parroquia de San Juan Bautista las lechuzas tenían sus nidos y en el de invierno volaban por el pueblo. Se decía que eran brujas y si les gritaban: ¡Mañana vienes por sal para que hagas tu chile!, o a quien las molestara con malas palabras, al otro día se les presentaba una viejecita. También se dice que, con tres personas con el mismo nombre, se podía agarrar a una bruja.
En la torre de la parroquia de San Juan Bautista las lechuzas tenían sus nidos y en el de invierno volaban por el pueblo. Se decía que eran brujas y si les gritaban: ¡Mañana vienes por sal para que hagas tu chile!, o a quien las molestara con malas palabras, al otro día se les presentaba una viejecita. También se dice que, con tres personas con el mismo nombre, se podía agarrar a una bruja.
En un árbol de aguacate dormía un
cócono que a la llegada del amanecer se
iba. En la primera reconcentración en los
tiempos de la cristiada, llegó un señor del
rumbo de San Julián, este viendo al cócono
le dijo a la dueña de la casa que buscara a tres personas con el
mismo nombre; llegaron las tres personas de nombre Jesús con un
rosario y una vela en la mano, comenzaron a rezar y el animal cayó
al suelo. Cuando iban a proceder a matar al animal este mismo gritó
“no me maten, me llamo Sisto”.
En el rancho La Estancia acostumbraban rezar el rosario
diariamente en todos los hogares. Un día un adolescente en una
casa no quiso rezar el rosario con los demás y se fue a sentar en un
lienzo de piedra. De un momento a otro apareció una bola de trapos
de la que comenzaron a salir unas manos con uñas muy afiladas y
el adolescente se comenzó a elevar. En ese momento se escuchó:
“Santa María, madre de Dios” y el diablo al escuchar esto lo soltó y
cayó en un nopal.
En la barranca se dice que está estampada la imagen del
diablo. Había un charco en el que todo aquel que se metía a bañar
se ahogaba, en este mismo conjuraron al diablo y este al salir de
allí se estampó en una peña. Tiene un pie de humano y una pata de
mula, las manos entrelazadas y los cuernos bien alineados.
Para finalizar les comparto el verso de una canción llamada
Acatic, escrita por el señor Ramiro Gómez Delgadillo:
“Dicen que
aquí somos brujos
no se los voy a negar
las mujeres nos embrujan
con su forma de besar,
por eso les aconsejo
que no se dejen besar
por una hembra de este pueblo
porque los van a embrujar.”
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(*)Pérez, A. R. G., & Báez, M. A. C. (2003). Los brujos de Acatic.
Consejo de Cronistas de Tepatitlán.
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NOTA. Hay quienes ven a la leyenda como resultado de hechos
reales, a los que se agregan interpretaciones de enseñanzas
válidas y hacen que la historia resulte más interesante. Pueden
existir muchas versiones ligeramente diferentes de una misma
leyenda porque su transmisión desde su origen ha sido oral.
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