Hoy se cumplen 245 años del día en que fue
liberada Phillis Wheatley, la primera escritora
afroamericana de los Estados Unidos, que había
sido capturada en Senegal por esclavistas y
vendida a una familia de Boston
Hoy se cumplen 245 años del día en que fue
liberada Phillis Wheatley, la primera escritora
afroamericana de los Estados Unidos, que había
sido capturada en Senegal por esclavistas y
vendida a una familia de Boston. Solo gracias
a que esa familia supo ver las capacidades
artísticas de la joven podemos disfrutar hoy de su
obra, pero su vida resultó una tragedia.
A finales del siglo XVIII, las colonias británicas
en el Nuevo Mundo estaban creciendo de
una manera portentosa. El comercio florecía y muchos pequeños
asentamientos se habían convertido ya en ciudades. Hacían falta
manos para trabajar en las plantaciones y la esclavitud fue la
solución más rentable. Barcos repletos de esclavos partían de África
y se dirigían a los puertos de la costa este de lo que ahora son los
Estados Unidos, donde los nuevos trabajadores se vendían deprisa.
El viaje era tan terrible y las condiciones tan inhumanas que muchos
fallecían antes de tocar tierra, ante lo cual los esclavistas simplemente
los arrojaban al agua. Aquellos que sobrevivían a la experiencia
sufrían hambre, sed y enfermedades propias del hacinamiento, sin
contar con que la vida que los esperaba en América podía llegar a
ser mucho peor.
Algo similar le ocurrió también a una niña negra cuyo nombre
de nacimiento no conocemos, nacida en Senegal en 1753, que
a la edad de siete años fue robada de su tribu por traficantes de
esclavos y llevada hasta Boston. El barco donde viajó se llamaba
Phillis y estaba capitaneado por un esclavista llamado Peter Gwinn.
Una vez en el puerto y puesta a la venta, fue comprada el 11 de
julio de 1761 por un sastre local de nombre John Whitney, que
buscaba una criada para su esposa. Whitney la llamó Phillis, por
el barco en el que había llegado a América, y se preocupó de que
aprendiera a leer y conociera la fe anglicana. Susanna, la esposa de
John, y sus hijos Mary y Nathaniel la cuidaron y educaron durante
años, y pronto fueron los primeros sorprendidos con las habilidades
de la niña.
A los doce años ya leía textos clásicos en griego y
latín, y a los catorce escribió su primer poema, «To the University
of Cambridge, in New England», que fue publicado en el Newport
Mercury. Esto demostró a la familia que se encontraban ante una
persona privilegiada y, a diferencia de otros dueños de esclavos de
la época, decidieron animarla a que escribiera profesionalmente.
Ellos sabían lo complicado que resultaba esto para una mujer, y más
siendo negra, y más aún en su condición de esclava, pero desde el
comienzo tuvieron claro que Phillis podía aportar mucho al mundo y
que debían apoyar su vocación.
Los escritos de la joven corrieron por la alta sociedad de
Boston, que los recibió con agrado. En 1770 se hizo célebre por la
composición de una elegía a George Whitefield, ministro de la Iglesia
de Inglaterra y uno de los principales predicadores en las colonias.
Sin embargo, los grandes intelectuales de la época se negaban a aceptar que una esclava negra pudiera escribir, de modo que la llevaron a juicio por plagio. Sostenían que aquellos poemas debían ser obra de otra persona y por ello, en 1772, Phillis Wheatley tuvo que comparecer ante la Corte de Boston junto a su dueño. La interrogaron sobre su capacidad literaria y ella, en un alarde de conocimiento que ha pasado a la historia, citó textos completos de Horacio, Virgilio y John Milton, en sus lenguas originales, así como los poemas que había escrito ella.
Sin embargo, los grandes intelectuales de la época se negaban a aceptar que una esclava negra pudiera escribir, de modo que la llevaron a juicio por plagio. Sostenían que aquellos poemas debían ser obra de otra persona y por ello, en 1772, Phillis Wheatley tuvo que comparecer ante la Corte de Boston junto a su dueño. La interrogaron sobre su capacidad literaria y ella, en un alarde de conocimiento que ha pasado a la historia, citó textos completos de Horacio, Virgilio y John Milton, en sus lenguas originales, así como los poemas que había escrito ella.
El tribunal tuvo
que darle la razón y firmó un certificado de autoría
de las obras.
Pero allí no acabaron sus problemas. Ninguna
editorial americana estaba dispuesta a publicar su libro. Precisamente
el hecho de que fuera suyo le cerró todas las puertas. Era muy
conocida y valorada, pero las editoriales no aceptaban mujeres y
menos de piel negra.
Por ello los Wheatley, que seguían empeñados
en que la obra de Phillis obtuviera el respaldo que se merecía, la
enviaron a Londres junto a su hijo, Nathaniel, para que se pusieran
en contacto con los grandes mecenas literarios de Inglaterra.
De este
modo, la condesa de Huntingdon y el conde de Dartmouth sufragaron
la publicación en 1773 de «Poems on various subjects, religious and
moral». En la portada, bajo el nombre de Phillis, aparece claramente
que se trataba de una esclava negra del señor John Wheatley,
de Boston, Nueva Inglaterra. En el prefacio de la obra, incluyeron
el certificado de la Corte de Boston que demostraba que aquellos
poemas eran de su autoría.
El 18 de octubre de ese mismo año, los
Wheatley concedieron la libertad a Phillis.
Pero las cosas no resultaron sencillas a partir de entonces, si ya
hasta ese momento le habían sido complicadas. En 1775 escribió un
hermoso poema titulado «To His Excellency, George Washington»,
por el que obtuvo los elogios del general y este la invitó a visitarlo en
su cuartel de Cambridge.
Pero en ese mismo año estalló la Guerra
de Independencia Americana, que arrasó las colonias. Susanna
Wheatley murió en 1774 y su marido John en 1778. Entonces Phillis
se casó con John Peters, un tendero negro que también había sido
liberado. Tuvieron tres hijos, pero siempre vivieron en la pobreza. Ella
intentó publicar un segundo libro, pero las condiciones en las que se
encontraban las editoriales eran peores que antes de la guerra y fue
sistemáticamente rechazada. Trabajó como lavandera y criada, en
unas condiciones terribles. Dos de sus hijos murieron y su marido fue
encarcelado en 1784 por sus deudas.
Ese mismo año murieron la propia Phillis y poco después el único
hijo que le quedaba. La pobreza fue la principal causante de estos
fallecimientos, en un país que ya había ganado su independencia
de Inglaterra, pero cuyos ciudadanos aún habrían de sufrir graves
penurias solo por su color.
Phillis Wheatley es reconocida hoy en día como la primera
escritora negra de los Estados Unidos y su obra permanecerá
siempre como un hito histórico y literario, además de por la enorme
belleza de sus composiciones.
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