LA MUERTE Y EL PROCESO DE
RESURGIR DE TODO SER HUMANO
Cuando se vive la muerte de un ser
querido, se pasarán días, meses o años
muy duros, momentos en que se siente que
ya no se puede seguir viviendo debido a
tanto dolor. Es muy importante el tiempo, pero aun
más importante que ese tiempo que pasa y
no se detiene, es la elección personal de lo
que se decide hacer con ese tiempo.
Hay algo grande y muy importante
dentro de esa elección personal.
Cuando una persona elige decir si de
nuevo a la vida a pesar de todo, es entonces
cuando el dolor empieza a ceder, cuando la
vida empieza a tomar otro rumbo. Pero no
se puede, si no se ha tomado esa elección
personal de aferrarse a la vida.
Es dentro de esa crisis existencial que
se encuentra una enorme posibilidad de
crecimiento personal. Es justo en esa crisis,
cuando se elige aferrarse a la vida y se
descubren las puertas que se abren.
Es tiempo de usar nuevos anteojos para
ver la vida.
Es tiempo de dar, de dar y de seguir
dando.
¿Pero cómo es que se puede hacer eso
cuando se esta tan adolorido y desecho por
dentro?
Se ha comprobado que el ser que se
levanta de su dolor para ayudar a otra
persona que sufre, trasciende como ser
humano. Se puede y se debe dar a las
personas que aun se encuentran al lado,
a otros que necesiten apoyo, a muchas
personas que hay en esta vida y que un
pequeño gesto puede hacer una enorme
diferencia para ellos.
La familia que tanto se
necesita, y mucha gente más que necesita
un acto de bondad.
Es verdad, que el mundo se hizo
pedazos, pero luego de un tiempecito,
corresponde arreglar este mundo que se
deshizo. Se puede pasar mucho tiempo preguntándose.
Por qué nos pasó eso? pero desde el
momento en que se decide responderle
cada quien a la vida, desde ese momento
se empieza a ser otra persona, mejor, y
mas plena.
Es un camino duro y difícil, pero hay que
levantarse, y volver a tomar esa decisión
muchas veces, esa elección de contestarle
a la vida para aferrarse a ella, por uno
mismo y por los demás, elegir vivir la vida
como un homenaje a ellos.
Se sabe que no es fácil. Pero ya no
hay que esperar para empezar. Hay mucho
que queda por hacer, mucho camino que
recorrer, es mejor empezarlo cuanto antes.
En honor a los que se fueron, y por amor a
quienes aun caminan este camino al lado
de uno.
Lo que duele más durante un proceso
de duelo, es todo aquello que transcurre
sin sentido, por lo tanto se le debe dar un
sentido, y el imperativo es trascender ante
el dolor, y en esa elección se encuentran
cosas grandes y bellas qué nacen como
una nueva oportunidad de levantarse por
encima de todo aquello que condiciona, y
a saber que es el ser humano quien decide
cómo responderle a la vida.
Al levantarse
por encima del dolor de sus escombros,
es ahí cuando se sabe que es grande a
pesar de lo que sucedió porque aún se
queda habitando el MUNDO, por lo tanto es
elección personal, cómo responderá a esto
o aquello que sucedió.
Buenos
Modales
Frases de pésame que podríamos evitar:
1. “Te entiendo... Fíjate que a mí
me pasó con mi tía porque...”. Esta
vez no se trata de ti ni de tu familia,
sino de acompañar a quien acaba de
perder a un ser querido. Si tú estás
transitando por la misma situación, ya
habrá otra oportunidad de intercambiar
experiencias.
2. “Oye, ¿y de qué murió?”.
Las personas están en shock, han
transitado por momentos complejos y
quizá no quieren recordarlo aún.
3. “¿Y qué dejó? ¿Me regalas su
ropa?”. Quizá puedas esperar un poco
de tiempo a que los deudos de la
persona que ha trascendido elaboren
su duelo y estén listos para despedirse
también de lo que les representa su
pérdida. De sus símbolos.
4. “Yo no sé por qué lo van a
cremar... Deberían mejor...”. Y todos
los comentarios del tipo que impliquen
imponer tu voluntad por sobre la de
los deudos o incluso, la persona que
murió.
5. “No llores porque no lo dejas
descansar”. En el otro plano, donde
ahora está quien falleció, quizás hay
otra manera de ver las cosas. Llorar es
saludable y nos libera emocionalmente.
6. “Ahora te toca a ti tomar su lugar
y ver por tu madre y tus hermanos”.
Nadie toma el lugar de nadie y si bien
cuando alguien muere hay movimientos
significativos en la familia, el lugar
de quien ha trascendido permanece,
cuando de una familia sana se trata.
7. “Se pudo haber hecho otra cosa”.
Las leyes espirituales saben que no,
pero si tú consideras algo diferente
quizás es momento de trabajar tus
propios duelos. Recuerda que es un
proceso.
Yo sé que lo sabes, pero nunca
está de más recordarlo...
Por Verónica Mayorga Aldrete
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