lunes, noviembre 08, 2021

Un recuerdo en el cementerio, el apellido concuerda

Por José Alvarado Montes

 En la década de los años cincuenta del siglo pasado leía frecuentemente 

El diario INFORMADOR de Guadalajara, que voceaba en San Juan en forma pintoresca Don Tomás Hernández, hombre de cultura y buen conversador, me agradaba platicar y hacerle preguntas sobre la vida cotidiana de su tiempo, relatos que no he olvidado, el periódico mencionado aun circula. En ese tiempo la edición dominical publicaba una sección llamada hace 50 años, muy interesante para mí, cuando trataba de gente de sociedad narraba de la elegancia, belleza y riqueza de la familia CONCUERA, estos aparecen en unas líneas de la historia de Jalisco. La vida continua sesenta años después y radicando en CHICAGO, en la biblioteca pública THOMAS BRANCH de mi comunidad tomé un libro editado en ESPAÑA con el título GUIAS DE TUMBAS Y CEMENTERIOS DE CASI TODO EL MUNDO en el que hay un artículo de DAVID BENITO, titulado EL PANTEON DE BELEN, de inmediato me interesé y dentro de su lectura me encontré una sorpresa. 
México va siempre unido a la leyenda, algo que forma parte de su idiosincrasia, tal es el caso de este interesante cementerio ubicado en el centro histórico de Guadalajara que cuenta con la protección del INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA ya ha sido nombrado TESORO ARQUITECTONICO NACIONAL, su origen se remonta a finales del siglo XVIII, los años 1785 86 fueron calificados como años de hambre, la ciudad de Guadalajara se convirtió en un museo de horror con aterradoras figuras de carne y hueso, e hambre, el desempleo, la ausencia de lluvia, la pérdida de las cosechas unidas a las graves epidemias que azotaban la región llevaron a la ciudad de Guadalajara a la desolación, estos trágicos días marcaron la peste provocaron la saturación de los cementerios, en 1786, el obispo Fray Antonio Alcalde quien dedicó su vida al crecimiento de Guadalajara en forma altruista, ideo y proyecto la construcción de un camposanto anexo a un hospital, mas no contemplo su obra terminada ya que falleció en 1792 la construcción se paralizó, después de sucederlo varios obispos fue DIEGO ARANA Y CARPINTERO con el poder eclesiástico en 1843 se hizo realidad la terminación del cementerio, el arquitecto fue Manuel González Ibarra en los terrenos del huerto que habían pertenecido al Hospital Civil, se le dio el nombre de Nuestra señora de Guadalupe, más tarde el de Santa Paula y Belén para final quedar con el actual PANTEON DE BELEN. 
En diciembre de 1884 se INHUMO el primer cuerpo perteneciente al sacerdote Isidro Gómez Tortoledo que había sido el cura de Tala, adquirir unos cuantos metros para el descanso eterno por aquel entonces costaba 25 pesos para los nichos y 50 pesos si era bajo tierra, caso diferente era el de las familias adineradas que además de ser enterradas en la zona de los más ricos – había otra para pobres- que llegaban a pagar grandes sumas de dinero para que escultores de renombre hicieran de sus tumbas una obra de arte. 
Ahí encontré el nombre que por muchos años estuvo en mi memoria y motivo de este trabajo DAVID BENITO escribe POR SU BELLEZA artística y ostentosidad la tumba estilo gótico perteneciente a la familia CONCUERA LUNA está considerada como una de las más espectaculares del cementerio, el conocido JACOBO GALVES fue el encargado de realizar el conjunto escultórico, es una copia de otro localizado en MILAN / ITALIA cargada de simbolismo. 
La actividad del panteón fue realmente corta, tan solo 48 años, el 29 de octubre se puso fin a los enterramientos, manifestando que la clausura se debía a la saturación de gérmenes en el terreno, pasaron los años y la nueva apertura, una vez regenerada no se permitió que el cementerio volviera a funcionar como tal, si no, que se convirtió en un MUSEO. En el cementerio encontré el recuerdo del apellido CONCUERA.

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