José Alvarado Montes
José Alvarado Montes terminó sexto de
primaria eso sí con máximas calificaciones.
Peón, albañil y aprendiz de electricista,
emigró a los Estados Unidos y a su regreso
dedicado al comercio.
Ha sido un aficionado ferviente de la lectura
y de la investigación. Por eso su espíritu
de chispa incipiente se ha convertido en un
apasionado incendio que hoy nos presenta
un ensayo sobre la realidad Nacional del
Movimiento Cristero, a través del espectro de
una región Alteña, San Juan de los Lagos.
Lo hace con un estilo inconfundible
amasado de sencillez y transparencia sin
elegancia pero con un amor apegado a la
verdad.
Un trabajo como este que nos ofrece José
Alvarado Montes será parte del cimiento de
la dinámica de la historia y es producto del amor al terruño
para hacer leído por quienes se apasionan por la Patria
Chica por inquietos investigadores.
Pbro. José Luis Guzmán Llamas.
Corría la década de los años ochenta del siglo pasado
aun sentía la necesidad de ser parte activa en favor de la
sociedad, sabiendo que en todos los tiempos hay y habrá a
quienes les interese entrar a una aventura desconocida al
fin y al cabo los revolucionarios luchan para triunfar y lo que
parece un sueño se vuelve una realidad.
Desde que tuve uso de razón creía que San Juan tenía
muchas historias que contar y de estas solo conocía lo
que decía la gente mayor, como la guerra de la Chinaca,
las pestes, las sequias, los años del hambre, las gavillas
de rateros y asesinos entraban a robar al pueblo y al
Santuario, de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera,
y lo que en forma inocente y piadosa, se contaba de los
hechos milagrosos relacionados con La Virgen de san Juan
y desconocía por mi edad lo que civilmente se había escrito
de ella.
En mis primeras estancias fuera del país, sentía
la nostalgia por mi tierra y deseaba algún día conjuntar
a quienes les interesara su historia y sus tradiciones,
escribirlas y darlas a conocer sin fines de lucro, sabiendo
que la cultura no da dinero, había que trabajar bastante, lo
que logre a finales de los años 1990 forme el Circulo entre Amigos que aún perdura en este 2022, retrocederé años
atrás.
Siendo jovencito fui miembro de la ACJM (Acción
Católica Juventud Mexicana. Nuestro grupo se llamaba
Anacleto González Flores, nuestras reuniones semanales
eran en la llamada Casa de Ejercicios, finca Parroquial y se
componía de más de veinte compañeros. Como el espacio
era grande, tuve la idea de hacer un gimnasio y practicar
el box, ya que yo lo hacía desde que cursaba mi escuela
primaria, se lo expresé a mis compañeros y aceptaron la
idea, así se lo expuse al Sr. Cura Don Aurelio Olmos que la
acepto.
Ahora había que trabajar para comprar el equipo
necesario. Aprovechando que se acercaba la feria del 8
de diciembre, de acuerdo con mis compañeros, fui hablar
con el presidente municipal, le expuse lo que deseábamos
hacer y que me diera dos campos gratuitos en la plaza
principal lo que nos concedió. Conseguí mercancía para
comercializarla y al finalizar la feria tuvimos dinero para
comprar costales, peras, guantes, caretas y otras. Las
instalamos y comenzamos a entrenar, conseguí como
asesor a Hilarión de Anda que además de su conocimiento
de box, nos componía de torceduras, moretones en los ojos
y nos daba masajes. El día 5 de febrero festejábamos a San
Felipe de Jesús con una misa por la mañana y por la noche
con una cena que consistía de pollos rellenos al horno y
bebidas gaseosas y alegría en general.
Primera parte Continuara
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