sábado, mayo 07, 2022

El principio del círculo

José Alvarado Montes.

SEGUNDA PARTE 

Todo iba bien con muchos planes para realizar, una tarde llegamos a nuestro salón a entrenar y lo encontramos todo desmantelado, le pregunte al encargado del edificio, un hombre que le decían el * Solache* que era lo que había pasado con nuestras cosas y me contesto. Vino el padre Pedro Miramontes en una camioneta con tres hombres y subieron todo al vehículo, además del equipo de box la mesa del futbolito y la del pin pon y se fueron sin decir nada. Me dirigí al Curato y le comuniqué al Sr. Cura Olmos lo que había pasado el movió la cabeza en señal de desaprobación, al sacerdote lo habían cambiado a otra Parroquia. Enojados y desanimados dejamos de asistir al grupo que termino por disolverse La ACJM. 
El tiempo siguió su marcha y estaba en construcción la Escuela Primaria a la que nombraron *Oratorio Festivo* como mi oficio era electricista, trabaje en la instalación de algunos salones. 
En una de sus visitas El Sr. Cura Olmos, me propuso que diera clases de lo que sabía a lo que le dije que sí, tenían otro taller de talabartería y el maestro era Don Pedro Pérez todo marchaba bien y había muchos espacios vacíos, me vino la idea de volver a practicar el box, se lo comente al Sr. Cura, y me dijo que si la directora de la escuela a la que llamaban Madre Infantita lo aceptara ella dijo que si, se los transmití a mis alumnos y diez de ellos admitieron formar parte del grupo, en forma rustica instalamos lo necesario, le pedí ayuda Al KID de ALBA que era boxeador profesional y comenzamos el entrenamiento, pasaron dos años y al tercero llego otra directora que vio como practicábamos y no le gusto, pues considero que era un mal ejemplo para los alumnos y así se lo hizo saber al Sr. Cura, un día me mandó llamar y me dijo Montes ya no aguanto a esa VIEJA latosa quita eso del box. Le conteste está bien pero ya tampoco voy a dar clases de electricidad. 
Pasaron los meses y ni idea tenia de lo que seguiría después, por casualidad conocí a un joven de nombre Alfonso Noriega, que regresaba al terruño después de vivir varios años en Estados Unidos, allá practico artes marciales como Karate-2 y alcanzo la cinta negra Tercer Dan. Y aquí quería entrenar a quien lo deseara, pero no sabía en donde, eso me intereso y me ofrecí a ayudarle, pensé luego en el patio de la Presidencia Municipal. Lo conocía el patio porque ahí fui a mi escuela primaria. Le dije al Profe Alfonso que iba hablar con El Presidente Municipal y así lo hice y le expliqué lo que queríamos hacer, que nos prestara el patio ya que el edificio se cerraba por las tardes. Está bien me dijo te voy a dar un duplicado de la llave de la puerta principal, empezamos los entrenamientos tres veces por semana, tuve la gran ayuda de los jovencitos Alfredo Lara, Jesús Ornelas, Sergio Dávalos y Chuy Olmos, con tan preparado y enérgico entrenador se ganaban la cinta de ascenso, las clases se daban en forma gratuita. 
En ese tiempo, tuve contacto con Mariquita Reynoso, conocida por todos, tuve la suerte de tratarla cuando era una dama con muchos años a cuestas tantos que la mayoría de las personas de esa edad ya casi no pueden hacer nada por la poca fuerza física para desarrollar cualquiera actividad, pero ella no, tenía tanta vitalidad que la hacía diferente a otras personas, tenía gran fe y proclamaba el culto a la Virgen de San Juan. Un día me la encontré caminando por la calle con un botecito en la mano, le pregunté que cual era el contenido de este recipiente y en que lo iba a emplear, me contesto que era engrudo para reparar los monos del 15 de agosto, como se le conocen como gigantes y cabezones y me invito a que la acompañara cosa que hice más con la finalidad de saber que deseaba reparar esa Sra. 
 CONTINUARA……….

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