Más de dos años de espera y esa espera terminó el 27
abril cuando nuevamente el Señor de la Misericordia hizo
su recorrido ante la alegría y llanto de miles de seguidores
creyentes del milagroso, esperaron con fe para que
nuevamente pudieran palpar su imagen en su recorrido por
las calles de la ciudad.
Como siempre a las cinco de la tarde empezó este desfile
abriendo paso los charros de diversas asociaciones, bandas,
danzantes y diversos carros alegóricos, siendo el último
el carro del Señor, verdaderamente hermoso en color oro
y adornado con bellas rosas rojas, atrás de ellos un grupo
de sacerdotes y más atrás jóvenes gritando en su honor,
fue como siempre una gran fi esta religiosa, a las orillas de
las calles niños, jóvenes y ancianos aplaudían a su paso,
algunos de ellos en sillas de ruedas, los más pequeños
eran cargados en hombros por sus padres, incluso algunas
mujeres ya casi listas para dar a luz, también asistieron.
Y mientras la gente se entusiasmaba con su salida,
una mujer que iba al frente del carro del señor gritaba a
todo pulmón y con gran vehemencia, “Viva el Señor de la
Misericordia”.
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