Por: Miguel Ángel Quintana Salazar
Colores van colores vienen y es un fenómeno que cada día va creciendo, siendo invisible para el gobierno en turno, en
cualquier barrio o colonia ya están instalados en sus calles y
del centro de la ciudad mejor ni hablamos ya que se
contabilizan alrededor de 3 mil.
¿Por qué las personas no tienen casa? Debemos
mencionar que una gran mayoría padece de sus
facultades mentales, otro problema grave que como
sociedad no hemos sabido resolver.
La salud mental
no es prioridad para nadie, aunque Jalisco cada año
ocupa los primeros lugares en suicidios, y están
aumentando el caso entre los niños y adolescentes
que deciden quitarse la vida.
Si buscamos culpables, somos todos, los medios
de comunicación que solo les importa la nota roja
sino no venden, los periódicos alarmistas, los
gobiernos indolentes, que solo se preocupan por
arrimar las arcas a sus puertas y los problemas que
deberían atenderse, simplemente desaparecen de
sus escritorios.
No es un problema fácil, ni con soluciones al
vapor, que nos está pasando como sociedad para
perder los lazos con la familia, en las enfermedades mentales
se entiende porque el sector salud no tiene capacidad para
atenderlos y los psiquiátricos privados como siempre son muy
caros para la mayoría de la población.
Lo más insólito, aunque no debería de asombrarnos es
la cantidad de niños que viven en la calle, los vemos vender
chicles, mazapanes o simplemente pidiendo limosna, todos los
vemos, son horarios de clases, pero ellos están en las calles
y nuestras autoridades como siempre en sus lujosas oficinas
con su aire acondicionado sin que nada ni nadie les preocupe.
¿Qué hicieron estos niños para estar en la calle? ¿y sus
familias? Muchos no están registrados con trabajo conocen sus
nombres, los apellidos simplemente o existen.
Las escenas más grotescas se ven en el centro y en la zona
de San Juan de Dios, aunque la central vieja no se queda atrás,
por su alto grado de inseguridad poca vigilancia y una suciedad
exacerbada, lo curioso es que a ellos o a muy pocos les dio
Covid viviendo en la insalubridad en que se desenvuelven,
¿acaso será que la mugre y la poca higiene previene más que
las vacunas?
Los boleros de la zona de la Estación del tren Universidad
platican que para poder empezar a trabajar tienen que
limpiar las heces que dejan los indigentes durante la noche
prácticamente cualquier lugar cubierto o descubierto es una
buena zona para defecar, el ayuntamiento no limpia las calles,
por lo tanto jamás se entera de como amanecen las calles, y
según ellos quieren llevar al turismo al centro histórico para que
vean las inmundicias de la noche.
¿Guadalajara no merece una ciudad limpia? Este no es
un problema que deba resolver el gobierno solo, es toda la
comunidad que vivimos en esta ciudad, debemos aportar
soluciones para evitar que el número de indigentes siga en
aumento y poder resolver el problema con los que ya hay.
Los gobiernos prefieren gastar millonadas en armamentos,
que resolver los problemas sociales del día a día, los grupos
delincuenciales han demostrado que tienen la misma capacidad
que el gobierno para comprar armamento, lo curioso es que las
armas legales e ilegales pasan por las mismas fronteras, solo
que unas si se registran y otras son invisibles.
mas legales e ilegales pasan por las mismas fronteras, solo
que unas si se registran y otras son invisibles.
Ya lo había dicho Gandhi, si quieres evitar los problemas
sociales educa a tu población y págales bien a los maestros, no
entiendo a nuestras autoridades tienen presupuestos de países
avanzados con exageradas cantidades de dinero y la SEP todo
el tiempo les debe a sus maestros, simplemente no pagan,
el magisterio debe esperar de 6 meses a un año a ver si se
acuerdan de ellos, aulas sin agua, sin luz, sin piso, sin baños,
sin paredes, y los secretarios de educación presumiendo sus
avances, y el dinero ¿Dónde está?
No les parece un juego macabro, saben la solución y hacen
como si no supieran, solo se nos olvida un pequeño detalle,
para ser político no se necesita estudiar, solo respirar, por eso
sus resultados son nulos.
Cuantos casos los noticieros han reportado de violencia
intrafamiliar de parte de servidores públicos y políticos que como son muy influyentes la ley no los toca, ¿y ellos son
los encargados de dictar las leyes? Pues así, a donde vamos
a llegar.
los invisibles de la ciudad, ¿si los niños son el futuro de
México, de esta forma que futuro nos espera?
Si somos tan
inteligentes como decimos porque no unimos esfuerzos e
ideas para sacar de las calles a este tipo de personas es un
fenómeno muy grave el que pasa con nuestros niños, el de
las personas adultas lo dejamos a su libre albedrío es decir
ellos pudieron decir por ellos mismos, aunque no encontraron
otra solución que la calle, debemos ponernos de acuerdo para
no ser Madres Teresas y estarles dando dinero, ayudemos de
otra manera, lamentablemente gana más un limosnero que un
profesionistas y sin esforzarse.
Todas las ciudades del país padecen de esta problemática,
abundan las iglesias de diferentes denominaciones y también
brillan por su ausencia, hasta la popular “Pare de sufrir”
creen en un dios muy alejado de los fenómenos sociales,
lamentablemente las iglesias han dejado de ser promotoras de
paz para pelearse entre ellas por los futuros feligreses.
De acuerdo con el último estimado del Coneval, el porcentaje
de mexicanos que sufren pobreza extrema creció de 14% en
2018 a 17.2% en 2020. Esto es, el número de indigentes creció
en dos años de 17.3 a 21.9 millones.
Datos si tienen, conocen el fenómeno, ¿y las soluciones apa?
Solo una curiosidad de las noticias que aparecen: Autoridades
carecen de cifras oficiales. Iniciativa de ley para darles
identidad y con ello acceso a apoyos se encuentra congelada
en la cámara de Diputados, “por falta de presupuesto”, pueden
dormir tranquilos esta problemática no les quita votos.
Ellas y ellos viven debajo de un puente o simplemente en
cualquier esquina, sobre todo aquellas que cuentan con algún
resquicio, hueco o hasta en las afueras de las estaciones del
Tren ligero.
Se les puede ver en las calles donde lo mismo
piden limosna, limpian parabrisas, recolectan plástico, cartón
u ofrecen ayuda ocasional a algún negocio o abrir la puerta del
Oxxo para que pueda realizar sus compras.
Son la llamada población callejera, indigentes para efectos
de cifras o estudios sobre pobreza o simplemente los invisibles
para el mundo que los rodea, incluidas las autoridades, quienes
ni siquiera cuentan con cifras oficiales y menos una ley que los
proteja o les garantice el derecho a la identidad: la iniciativa
que incluso ya fue dictaminada en la Cámara de Diputado está
“congelada” y no ha pasado al Pleno, pues no hay recursos o
presupuesto para ponerla en marcha.
“Es un fenómeno global donde la discriminación actúa
con toda su fuerza. Sufren la intemperie, la calle, la violencia
institucional en detenciones arbitrarias y maltratos de policías y
ciudadanos, además no tienen acceso a ningún tipo de política
pública”.
Si alguien no tiene derechos en este país son los grupos
humanos sin techo, simplemente por no contar con un domicilio
ni documentos de identidad, quedan al margen de toda política
pública dirigida a las poblaciones más vulnerables.
Y es que, al no tener identidad, ellos muchas veces no tienen
acceso a servicios médicos, o incluso a poder laborar por no
contar con documentos, lo que les obliga a subemplearse por
sueldos incluso por abajo del mínimo, aun cuando cuente con
preparación académica.
“Las razones por las que las personas viven en la calle son
muy diversas, desde niños homosexuales y niñas embarazadas
que corren de su casa, menores maltratados, personas con
adicción a las drogas y otras que no pueden pagar la renta”.
“También hay adultos mayores que, después de trabajar,
sus hijos los echan a la calle, y están ahí porque no tienen
otro lugar; o personas que estuvieron en prisión y no logran
reincorporarse a la sociedad. La diversidad en las causas y
en las formas en que se vive en la calle son la característica
fundamental”.
Hay personas de reciente vida en la calle que algunos días
consiguen dormir en casa de un familiar o en algún hotel, y
tratan de pasar inadvertidas; otras viven en situación de calle
crónica, pues tienen más de cinco años en el espacio público.
“Esta es la población más visible y la que normalmente
consideramos personas en situación de calle, pero las otras
también existen, también son muchas, pero no son visibles,
porque ellos no quieren que se note, no es algo de lo que se
sientan orgullosos”.
¿Qué es un proyecto social asistencialista?
El primer esquema consiste en satisfacer una necesidad
inmediata como aportar ropa, cobijas, despensa, alimentos
preparados, etc., a quienes lo necesitan. Corresponden
a esta categoría proyectos como Cocinamos México (@
cocinamosmexico), donde puedes cocinar o dar donativos
en especie para que alguien en situación vulnerable tenga
acceso a una comida completa y nutritiva. También tiene este
enfoque el programa Café Pendiente (@MexCafePendiente),
una práctica de origen italiano, donde dejas pagado un café (o
alimentos) en las cafeterías participantes para que alguien en
necesidad lo reciba en tu nombre. Como estos ejemplos hay
cientos de asociaciones filantrópicas y proyectos de asistencia.
Es un problema grave sin una solución inmediata o pronta,
como sociedad debemos ser sensibles a las necesidades de
nuestra ciudad, sin esperar que el gobierno haga su parte, por
es bien sabido si se trata de aportar el gobierno simplemente
desaparece.
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