De los murales de Chajul en Guatemala a los murales mayas
de Calakmul, cada vez se hacen nuevos y fascinantes hallazgos.
En 2003, durante las renovaciones de un propiedad que se
encuentra en la ciudad de Chajul, Guatemala fueron encontradas
obras de arte maya que los arqueólogos solo lograron tener acceso
hasta 2015, cuando el equipo polaco empezó el estudio y los
trabajos de la conservación de los murales. El arte mural de este
período se encuentra en iglesias y representa temas de temática
cristiana que los españoles usaron para afirmar su presencia. Por
primera vez estas imágenes se encontraron en una casa privada.
El equipo descubrió que las pinturas murales tienen muchas
similitudes con el arte maya prehispánico local, lo que sugiere
que lo más probable es que hayan sido realizadas por artistas
indígenas utilizando materiales y métodos tradicionales, aunque
con algunas influencias coloniales. Los murales están pintados con
colores brillantes y se han conservado bastante bien.
Las pinturas
parecen representar danzas ceremoniales que recrean importantes
acontecimientos históricos o rituales religiosos, con figuras que
bailan y tocan instrumentos, algunas de las cuales llevan vestidos
tradicionales mayas, mientras que otras se visten con trajes
europeos del período colonial.
Los murales mayas de chajul, no son tan parecidos a los murales
pintados hace más de 2 mil 500 años en las ruinas de Calakmul,
Yucatán, donde se encontró el primer registro documentado de
sal como mercancía para los antiguos mayas.
En el mural hay un
vendedor que muestra un pastel de sal envuelto en hojas a otra
persona, quien sostiene una cuchara grande sobre una canasta,
presumiblemente de sal suelta y granulada.
Se trata del registro más antiguo conocido de venta de sal en
un mercado de la región maya. La sal es una necesidad biológica
básica y también es útil para conservar los alimentos. También fue
valorada en el área maya debido a su distribución restringida.
La
arqueóloga Heather McKillop, de la Universidad Estatal de Luisiana
(LSU), escribió en un nuevo artículo publicado en la Revista de
Arqueología Antropológica (JAA) que los pasteles de sal podrían
haberse transportado fácilmente en canoas a lo largo de la costa y
ríos arriba en el sur de Belice.
En 2004 descubrió los primeros restos de antiguas cocinas
mayas de sal hechas de postes y paja que habían sido sumergidas y conservadas en una laguna de agua salada en un bosque de
manglares en Belice. Desde entonces, ella y su equipo han mapeado
70 sitios que comprenden una extensa red de habitaciones y
edificios de Paynes Creek Salt Works.
“Es como un modelo de lo que sucedió en el pasado. Estaban
hirviendo salmuera en ollas sobre el fuego para hacer sal”, dijo
McKillop en un comunicado. Su equipo de investigación ha
descubierto en Paynes Creek Salt Works, 4 mil 042 postes de
madera arquitectónicos sumergidos, una canoa, un remo, una
herramienta de jadeíta de alta calidad, herramientas de piedra
utilizadas para salar pescado y carne y cientos de piezas de
cerámica.
“Creo que los antiguos mayas que trabajaban aquí eran
productores/vendedores y llevaban la sal en canoa río arriba. Hacían
grandes cantidades de sal, mucha más de la que necesitaban para
sus familias inmediatas.
Esta era su forma de vida”, agregó: “Sal =
dinero”.
A través de la investigación de cientos de piezas de cerámica,
incluidos 449 bordes de vasijas de cerámica utilizadas para hacer
sal.
Dos de sus estudiantes graduados pudieron replicar la cerámica
en una impresora 3D en un laboratorio en la LSU basándose en
escaneos tomados en Belice en el sitio del estudio.
Descubrió que
los frascos de cerámica utilizados para hervir la salmuera estaban
estandarizados en volumen. Así, los productores de sal estaban
elaborando unidades estandarizadas de ese mismo condimento.
“Producida como unidades homogéneas, la sal pudo haber sido
utilizada como dinero en los intercambios”, concluyó la especialista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario